"HIJO DEL HOMBRE"
Todas
las citas bíblicas se encierran entre comillas dobles ("") y han sido tomadas
de la Versión Reina-Valera
Revisada en 1960 (RVR60).-
Pregunta: ¿Cuál es el significado y alcance del carácter del
Señor,
considerado como "Hijo del Hombre"?
Respuesta: Contestaremos
a esta pregunta por medio de dos extractos sacados de los escritos de dos
siervos del Señor.
1. –
En el
evangelio según Lucas, el Espíritu de Dios nos presenta a Jesús bajo su
carácter de "Hijo del Hombre", trayendo a los hombres, de parte de
Dios, la gracia que todos necesitan. Por consiguiente, sobre todo lo que
concierne a la humanidad de Cristo, hallamos en esta libro de la Biblia
más detalles que en los otros evangelios; al mismo tiempo, Su perfecta
divinidad brilla en cada página. A lo largo del relato inspirado, vemos a Jesús
como al hombre que hubiéramos podido encontrar si hubiésemos vivido en aquél
tiempo; pero, para la fe, era "el más hermoso de los hijos de los
hombres" porque la gracia 'se derramaba en sus labios' (Salmo 45:2).
Ya
presentado en Mateo y Marcos como Mesías y Profeta, Jesús debía serlo también
como Hijo del Hombre. Fue anunciado como tal a la caída del primer hombre,
cuando Dios le dijo a la serpiente, hablando de la simiente de la mujer:
"ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar"
(Génesis 3:15). Luego, los profetas le anunciaron como Hijo del Hombre (compárese
con Salmo 8:4; 80:17; Daniel 7:13), como Aquél en quien Dios pensaba en Sus
consejos eternos; porque Adán era solamente "figura del que había de
venir" (Romanos 5:14); Adán no era hijo del hombre, ni simiente de la
mujer, ya que Dios le había creado como hombre hecho, mientras que Jesús, para
ser un hombre, tuvo que nacer de una mujer. Aunque colocado en este mundo como
jefe de la creación, Adán perdió todo por su pecado; Dios no podía contar con
él para el cumplimiento de Sus consejos. Por eso, contaba con Su Hijo, segundo
hombre, postrer Adán. "Cuando ponía al mar su estatuto, para que las aguas
no traspasasen su mandamiento; cuando establecía los fundamentos de la tierra,
con él estaba yo ordenándolo todo, y era su delicia de día en día, teniendo solaz
delante de él en todo tiempo. Me regocijo en la parte habitable de su tierra; y
mis delicias son con los hijos de los hombres. (Proverbios 8: 29 al 31).
Al venir a
este mundo como un hombre, Jesús remplaza pues al primer Adán; lleva las
consecuencias de la caída, quita el pecado de delante de Dios, y, en virtud de
la redención, viene a ser jefe y heredero de todo lo que Dios destinaba al
hombre según Sus consejos. Llegado el tiempo, El reinará como tal sobre el
universo entero, que habrá librado del poder del enemigo hasta que entregue el
reino al Dios y Padre, para el estado eterno (Daniel 7: 13 al 14; 1ª. Corintios
15:24).
S. P.
2.- El título
de "Hijo del Hombre" tiene un alcance muy extenso. Expresa lo que es
el hombre en su perfección, el hombre según Dios. Nos dice que, en Jesús, el
hombre está ahora en una posición completamente nueva, adornado con todas las
hermosuras posibles, humanas o morales.
Pero este
título de Hijo del Hombre dado a Jesús no expresa solamente toda Su
perfección moral, pues todos Sus sufrimientos y todas Sus dignidades están
en relación con él.
Como Hijo
del Hombre, el Señor fue humillado (Salmo 8), pero, como tal, fue también
ensalzado a la diestra de la Majestad en los cielos (Salmo 80:17). Como Hijo
del Hombre no tenía dónde reclinar la cabeza (Lucas 9:58), pero como tal viene
hacia el Anciano de días para recibir el reino de sus manos (Daniel 7: 13 al 14).
Es como Hijo del Hombre que el poder de juzgar le es dado (Juan 5:27); como tal
es profeta, sacerdote y Rey, heredero de todas las cosas, Señor sobre todas las
cosas, cabeza del Cuerpo, Esposo de la Iglesia.
Como Hijo
del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (Mateo 9:6): como
tal es Señor del día de reposo (sábado) (Marcos 2:28), y no obstante, con este
mismo carácter, estuvo tres días y tres noches en el corazón de la tierra
(Mateo 12:40).
Como Hijo
del Hombre, era el sembrador infatigable que iba esparciendo su simiente; como
tal será el glorioso segador que recogerá Su mies en los alfolíes celestes.
Como Hijo
del Hombre tenía Su propio lugar en el cielo; como tal fue crucificado y
resucitado (Juan 3: 13 al 14). Finalmente, como Hijo del Hombre, Él es el
centro de todas las cosas, sean terrenales, o celestiales (Juan 1:51).
Era en el
hombre donde el Dios Creador había puesto Su imagen en el principio (Génesis
1:26), y cuando el primer Adán, que era de la tierra, la hubo quebrantado, el
Hijo de Dios emprendió su restauración; emprendió, como hombre, el cumplimiento
del consejo divino, colocando al hombre en Su Persona, restaurándole de esta
forma, en el lugar de honor y de confianza que Dios le había asignado antes.
Este
título, este nombre de Hijo del Hombre tiene pues, como lo vemos, un inmenso
alcance y se relaciona con la persona del Señor, con toda Su aflicción, con
todas Sus dignidades, menos – evidentemente – con las que le pertenecen en Su
carácter de Dios, bendito eternamente, sobre todas las cosas.
Él es el
hombre ungido, el templo humano sin pecado, edificado por el Espíritu
Santo, y después llenado por El (Lucas 1:35 y 4:1). Es el hombre humillado, el
varón de dolores, que descendió, se anonadó y se humilló hasta la muerte de
cruz (Filipenses, capítulo 2). Finalmente, es el hombre exaltado, coronado
de gloria y de honra, esperando que todas las cosas le sean sujetas (Hebreos 2:
6 al 9).
J. G. Bellett
Revista
"VIDA CRISTIANA", Año 1964, No. 70.-