EL TRASLADO DEL ARCA
Todas las citas bíblicas se encierran entre comillas dobles ("") y han sido
tomadas de la Versión Reina-Valera Revisada en 1960 (RVR60).-
2 Samuel
6.
Dios nos ha dado la historia de su pueblo Israel, tanto cuando esta responde para bien como para
mal. En esta historia se halla la conducta de la fe en tantas circunstancias como son posibles. En tiempos de Saúl hallamos
una mezcla particular: Saúl no es precisamente quien representa el orden de Dios; era el pueblo quien había querido obrar
como las naciones vecinas y tener un rey; por lo cual Saúl fue cortado de delante de Dios. Era reconocido por la carne y autorizado
por Dios, pero fue un gran pecado el que le colocó como caudillo del pueblo (1 Samuel 8: 7-8). El mundo está dotado de cierto
poder y cuando la Iglesia no sabe apoyarse en Dios y la fe le falta, quiere fortalecerse conformándose en su organización
y en las cosas que son la fuerza del mundo. Saúl ha tenido éxito en varias ocasiones al derrotar los enemigos de Dios. La
Iglesia, a pesar de sus miserias, consigue también éxitos contra los enemigos del Señor (1 Samuel 14:47); y sin embargo, el
conjunto del pueblo es rechazado por Dios, aunque exista un remanente en Israel, como vemos en el caso de Jonathan.
La historia de David, el cual era un hombre según el corazón de Dios, nos muestra cuál es la conducta
de la fe. Antes de emprender cualquier acción, siempre busca cual es la voluntad de Dios. Cuando fue rey, cayó e hizo su propia
voluntad, pero antes de serlo se apoyaba en Dios y el poder de Dios obraba en él a menudo sin que nadie lo supiera, tal como
en el caso en que mató al oso y al león. Cuando se halla ante Goliat, no teme al gigante; le contempla como a uno del
mundo, tal como es, sin el apoyo de Dios. En Goliat no ve otra cosa que un enemigo de Dios y le ataca por la fe, pues es por
ella que combate por el Señor y es por ella que el Señor es por él. Saúl siente celos y quiere matar a David. Este, perseguido
y acorralado, exceptuando lo concerniente a Siclag, siempre actuó habiendo consultado previamente al Señor.
En su rechazamiento no tiene otra compañía que personas vagabundas, pero en su gloria también
están con él y cerca de él. Asimismo sucede con la Iglesia; se compone de personas menospreciadas, pero en la gloria
estará con el Señor Jesús.
Durante el tiempo de la persecución de David, el arca no estaba en su lugar. Tomada por los
filisteos, los cuales la pusieron en el templo de Dagón, Dios, a pesar de la iniquidad de su pueblo, hizo allí valer Sus derechos.
En la impotencia de Israel, muestra Su propio poder, derriba a Dagón, atormenta a los filisteos y los constriñe a devolver
el arca. Después de la muerte de Saúl, David quiere tener el arca en su casa. ¡Deseo
santo! Quiere tener a Dios cerca de él, y él mismo estar cerca de Dios. Desgraciadamente
David arregla las cosas desde el punto de vista de la sabiduría humana. Esto Dios lo tolera en los Filisteos, pero no
en aquellos que tienen la revelación de Su mente (2 Samuel 6: 1-7) y la consecuencia es que Uza, cae muerto. Este obró
como si Dios no supiera o no pudiera guardarse a Sí mismo;
en cierta medida obró como los discípulos, cuando Jesús dormía durante la tempestad.
David, en lugar de inquirir cerca del Señor, del error que había tenido, y de reconocer que solo
los Levitas pueden tocar el Arca, tiene miedo. Es el caso de la carne; ella siempre tiene miedo de la presencia de Dios. El
rey hace dejar el Arca en la casa de Obed-edom, y Dios bendice la casa de éste.
Vemos en 1 Crónicas 15, que David reconoce su falta y seguidamente hace transportar el Arca, no sobre un carro nuevo como los filisteos hicieron (1 Samuel 6:7) sino por
los Levitas, esos primogénitos de Israel, tipo del verdadero pueblo de Dios. Es entonces cuando David lleno de gozo conduce
el Arca al tabernáculo que preparó para ella. En espera que otro le edifique templo, David obra con fidelidad, no teniendo en vista otra cosa que el mismo Señor, por lo cual viene
a ser menospreciado por la hija de Saúl. Pablo decía: "si estamos locos, es para Dios; y si somos cuerdos, es para vosotros."
(2 Corintios 5:13). El mundo menosprecia lo que hacemos únicamente por Dios.
Mas David obraba ante el Señor y solo para Él; esto es la sola cosa que le preocupa. Así no tiene
ninguna consecuencia; está ocupado de la gloria de Dios y decidido a llevar el menosprecio resultante de todo ello.
¡Cuán bella es esta preocupación de gozo y consagración íntegra ante el Señor y esta determinación firme y positiva
de obrar aun hasta el fin, en la certidumbre de que Dios lo ha escogido a él, en lugar de Saúl!
Es de toda importancia dar por supuesto que uno es menospreciable a los ojos del mundo; toda la prudencia
y consideración humanas, no son sino pecado. Dios debe ser nuestro solo objeto y preocupación.
Si la fe había conducido a David a ocupar el rango principal, era con el objeto de manifestarlo a
él como el más menospreciado entre el pueblo. Ahora bien, este es el verdadero medio de ser honrado de Dios, mientras
que el juicio de Dios viene sobre Mical (2 Samuel 6:23). ¡Dios es la fuerza y el poder de quienes se apoyan únicamente en
El!
J.
N. Darby
Revista "VIDA CRISTIANA", Año 1961, No. 50.-