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VISTO Y LEIDO...
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VISTO Y LEIDO...
La Unidad de la Iglesia
«La
unidad de la Iglesia es tan preciosa, tiene tanta autoridad sobre el corazón del hombre que, como consecuencia de la decadencia
de la Iglesia existe el peligro de ver el deseo de la unidad externa llevar a los fieles a aceptar el mal y a andar en comunión
con él, para no romper aquella unidad externa. Hace falta, pues, establecer el principio de la fidelidad individual, de la
responsabilidad individual para con Dios, y ponerlo encima de toda otra consideración. Asimismo, la autoridad de Dios sobre
nuestra conciencia ha de ser una realidad. Mantener en la práctica la posibilidad de la unión entre el nombre de Jesús y el
mal es blasfemar este bendito nombre.»
- Un espíritu humilde no especula mucho: recibe los pensamientos de Dios.
- CREENCIA Y FE —Las «creencias» son una especie
de aceptación, por la inteligencia y el espíritu de ciertas verdades, pero las creencias no
salvan: "La fe es por el oír, y el oír, por
la palabra de Dios." (Romanos 10: 17).
- La impopularidad del Evangelio viene de que proclama y denuncia la incapacidad
y maldad del hombre: la carne no quiere de un mensaje de Dios que la mortifique.
- El culto, la alabanza, no se pueden improvisar. Es cuestión de dependencia diaria y de comunión. Si durante la semana nos hemos
asimilado al mundo, no podremos dar culto "en
espíritu y en verdad", y presentaremos "fuego
extraño" delante del Señor. (Números 26:61.)
- FE EN DIOS.- Siempre hay fuerza al mirar a Dios, pero si la mente repara en su flaqueza,
en vez de echarla sobre Dios, produce incredulidad. Dificultades pueden presentarse. Dios puede permitir que nos ocurran muchas
cosas para mostrarnos nuestra debilidad, pero la sencilla senda de fe es ir adelante no ocupándonos de antemano de lo que
tenemos que hacer, pero contando con la ayuda que necesitaremos y encontraremos cuando llegue el momento.
- No le importaba a David que fuera el león, el oso o aquel gigante de los Filisteos - le era
indiferente, porque en sí mismo era igualmente débil en presencia del uno como del otro, pero seguía adelante tranquilamente
haciendo su deber. Esto es Fe.
- Cuando los Santos pasan por pruebas y dificultades cuando andan humillados,
los pecados más pequeños pesan en su conciencia. En la prosperidad, la conciencia es un padre que otorga indulgencias y produce
gran relajamiento o abandono en nuestros corazones. Pecad contra la luz: la apagaréis poniendo un velo sobre vuestra
conciencia, el cual disminuirá en ella el sentimiento de la culpabilidad; entonces el Enemigo podrá arrastraros donde quiera.
- Hay mucho peligro en ocuparnos de la Palabra prescindiendo del Espíritu
Santo. No conozco nada que separe tanto de Dios como hablar de la Verdad sin tener comunión con EL.
- Para poder aprovechar plenamente la lectura de la Palabra de Dios, es necesario
que los cristianos aprendamos a echar resueltamente a un lado todo nuestro saber. En las cosas de Dios, si la erudición humana
aspira a otro papel que el de una sierva, no será más que un montón de harapos: "Pero nosotros hemos recibido, no el espíritu del mundo, sino el Espíritu que es de Dios;
para que conozcamos las cosas que nos han sido dadas gratuitamente por Dios. Las cuales cosas también hablamos, no con palabras
que enseña la sabiduría humana, sino que enseña el Espíritu Santo, explicando cosas espirituales con palabras espirituales." (1 Corintios 2: 12, 13 - Versión Moderna).
- Este mundo se compone de dos familias que son: la familia del diablo: "los hombres", y la familia de Dios: "los santos". "Los hombres" es el apelativo que caracteriza este mundo: "está establecido para los hombres que mueran una sola vez" (Hebreos
9:27). La Palabra no llama nunca a los cristianos "los hombres", a no ser para reprenderlos cuando son carnales; y en el Nuevo Testamento, los creyentes
son llamados constantemente: "los santos".
- H. R.
Revista
"VIDA CRISTIANA", Años 1953 y 1954
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