"Para mí el vivir es Cristo."
Filipenses 1:21
G. V. Wigram
Publicado en la revista "Christian Friend", vol. 7, 1880, página 307.-
El pensamiento
del Espíritu para usted y para mí, hoy en día, es que nosotros deberíamos ser canales para que la vida eterna que es en Cristo
fluya en medio de este mundo. Él quisiera que una corriente fluyera de nosotros, hablando del Dios quien es su fuente, y de
Cristo quien la proporciona.
Porque, ¿para
qué muestra Cristo que todo lo que Él posee es nuestro? ¿Meramente para que seamos salvos? ¡NO! Él podría, entonces, haber
esperado hasta la hora onceava antes de que Él nos hubiese llamado. ¡NO! Él quiere que la vida eterna se proclame en un mundo
donde Satanás es amo, de modo que Él pueda señalar la Iglesia a ángeles, y principados, y potestades, para que aprendan en
nosotros las riquezas de la multiforme gracia de Dios. Como hijos de la casa del Padre, que han conocido el seno del Padre,
que son semejantes a los pies de la Cabeza gloriosa en el cielo, permítanme que les pregunte lo siguiente, ¿se ve el carácter
de la Cabeza en ustedes? ¿Están ustedes procurando hacer que el desierto resuene, no meramente con el nombre de Jesús, sino
con vidas conformadas a Su carácter, y a la vida del Señor Jesucristo en el cielo? Dios tiene Sus deseos para Sus santos,
y ¿acaso no responderá mi corazón a Sus deseos? Vean hasta qué punto Pablo llevó esto. A algunos les parece una cosa extraña
insistir a las persona acerca de la vida de Cristo; pero ¿qué daría usted por un hermoso reloj sin manos? Y, ¿qué es un santo
si no muestra a Cristo? ¿qué es una vid si no produce uvas?
El apóstol pudo
decir, "Para mí el vivir es Cristo, y el morir es
ganancia." ¿A qué estaría dedicado Pablo cuando escribió aquella palabra? Él sentía que él era para Cristo, y sólo para Cristo,
sea en la vida o en la muerte. Él pudo decir, «Yo tengo un único objeto - Cristo; y tengo un único deseo - que Cristo sea
magnificado en mi cuerpo.» (Filipenses 1:20). Si, por lo tanto, ellos hubieran decapitado a Pablo, ¿habría perdido él alguna
cosa? ¡NO! Todavía Cristo hubiera sido magnificado en su cuerpo. ¿Qué clase de testimonio fue aquel en la corte del César?
Un Romano sabía cómo hacer frente a la muerte como una muestra de coraje, pero ir a su encuentro en el pensamiento de que
la muerte era ganancia, debido que hubo un Jesús que había sido crucificado entre dos ladrones, quien era el gozo del corazón
de un hombre, un Romano no lo habría entendido. Permítame preguntarle - ya que usted ha conocido a Cristo, el corazón de Cristo,
y que Cristo mismo es su tesoro, su vida, siendo Cristo todo lo que Dios pudo darle - ¿habría sido su pensamiento, "para mí
el vivir es Cristo, y el morir es ganancia"? Esto es nuestro privilegio mientras pasamos a través de esta escena. Y, ¡de qué
manera glorifica esto a la vida más mísera si Cristo es magnificado en ella! Eso es lo que una vida de comunión con Dios da
a un hombre. Ennoblecido por Dios, muy ciertamente. Cuando la vida de Cristo fluye a través de mí, yo soy como las manecillas
de un reloj a través de las cuales, la vida de las obras internas se muestran ella mismas. ¿Es eso esclavitud? ¿Es legalidad
el hecho de que Cristo diga, «Vuestros cuerpos son templos del Espíritu Santo, y yo espero que lo demuestren»? Si esto es
esclavitud, ojalá hubiese diez mil veces más de ella.
G. V. Wigram
Traducido del Inglés por: B.R.C.O. - Abril 2010.-
Título original en inglés: TO ME TO LIVE IS CHRIST,
by G.V.Wigram
Versión Inglesa |
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