ALIANZAS QUE DEBERÍAN SER EVITADAS
F. B. Hole
Un sermón pronunciado en Edimburgo el Miércoles 5 de Abril de 1922
Lecturas Bíblicas:
2 Crónicas 18: 1-3;
2 Crónicas 19: 1-3;
2 Crónicas 20: 35-37.
(Extractado de la revista "Scripture Thruth" Vol. 14, 1922, página 158
Tengo solamente unas pocas palabras para decir. Desearía poder usar una almádena [1], aunque me temo que tengo solamente
el tipo de martillo que se utiliza para clavar un clavo pequeño; pero si yo tuviera una almádena, me gustaría dirigir un golpe
poderoso sobre la parte trasera de la flecha que, yo espero, ha sido dirigida a sus corazones y conciencias por el Espíritu
de Dios al leer los pasajes bíblicos del comienzo. En verdad creo que en estos días, y probablemente en todos los días de
la historia de la Iglesia, no existe estrago mayor que haya sido provocado entre el pueblo de Dios que el causado por las
alianzas impías.
[1] Mazo de hierro con mango largo, para romper piedras. (N. del T.)
Algunos de nosotros, que somos tolerantes, amables, personas amigables, algunas veces encontramos difícil expresar
una cierta pequeña palabra, que sin ninguna duda es la palabra más difícil de pronunciar para la gran mayoría de personas,
aunque sólo consiste de dos letras. Hay momentos en la historia de todo hombre y mujer cuando les cuesta más sacar esa palabra
precisa, y firme y distintiva, que cualquier otra palabra en el diccionario, la pequeña palabra "No".
¿Ha tenido usted un momento en su historia cuando esa pequeña palabra ha temblado en sus labios, y ha sentido como
que usted no puede pronunciarla? Es la palabra que el Espíritu de Dios mismo indicaba como la palabra exacta que se debía
pronunciar. Era la palabra exacta, evidentemente, que Josafat debiera haber pronunciado en esta coyuntura, porque él fue gravemente
dañado por sus alianzas. Hoy en día hay excelentes Cristianos, intachables en su piedad y en su vida individual, pero entrampados
por el diablo en alianzas no escriturales. Él sabe que una tentación directa probablemente fracasará, y por tanto, él trabaja
alrededor y asesta una especie de ataque al flanco por medio de alianzas que los conducirá a una posición falsa, haciendo
que el testimonio que ellos rinden del Señor sea prácticamente nulo y sin efecto.
Este excelente Josafat - un hombre en quien se encontraban cosas buenas, pues él quitó de la tierra las imágenes de
Asera, preparó su corazón para buscar a Dios, y cultivó la piedad individual - era débil, él cedió fácilmente e hizo afinidad
con Acab. Ahora bien, Acab, ustedes pueden recordar, fue muy tristemente célebre entre los reyes de Israel en este respecto,
tanto que "no hubo realmente nadie como Acab, que se vendiera para hacer lo malo ante los ojos de Jehovah, pues su mujer Jezabel
lo incitaba." (1 Reyes 21:25 - RVA). Acab fue un hombre empedernido por Baal, es decir, por el diablo, y Josafat hizo una
alianza con este hombre.
¿Conocemos nosotros algo en la vida moderna entre el pueblo de Dios que responda a este cuadro? ¡Cuán lamentable! Sí,
conocemos, y cuando llevamos a alguien que está ofendiendo en este asunto a estar cara a cara con la Palabra de Dios, ¿qué
dice él? Él responde probablemente, «Yo estoy haciendo esto con el mejor de los motivos; yo quiero ayudar a esas personas.
¿Y cómo lo voy a hacer si no me pongo al lado de ellas?» El argumento, entonces, es este, que si algunos caen en una zanja,
ustedes se lanzan en ella después de ellos para ayudarlos. Es mucho mejor que ustedes se ocupen de poner sus pies sobre la
roca sólida, y entonces podrán tender una mano ayudadora, pero no piensen que los van a ayudar a salir del barro saltando
ustedes mismos dentro del barro. Ese fue el proceso de Josafat, y fue un terrible fracaso.
Ahora bien, ¿qué sucedió? Bueno, queda suficientemente claro que Josafat no ayudó - la manera en que ello resultó fue
exactamente lo opuesto. En lugar de ayudar a Acab a levantarse, Acab lo arrastró hacia abajo. Un hombre inconverso es un hombre
con sólo la vieja naturaleza en él, y usted, un hijo de Dios, tiene la naturaleza divina. Usted puede, si hace alianza con
él, colocarse en una posición tal que la vieja naturaleza, que aún está en usted, es refrescada y revitalizada, y brincando
ella a la vida de frescor, el resultado es que usted cae a un nivel muy bajo, y deshonra al Señor. Usted no puede levantar
a un hombre a la vida que usted disfruta, porque, para empezar, él no tiene la vida de la cual él puede disfrutar. Oigan las
palabras saliendo de la boca de Josafat, "Yo soy como tú." (2 Crónicas 18:3). Él no dijo, «Acab, tú has llegado a ser como
yo soy; yo te he levantado a un estándar más alto.» No, sino todo lo contrario.
Dios ha puesto ante nosotros parábolas en la naturaleza, y podemos encontrar allí una ilustración. Llega la época cuando
usted escoge sus manzanos, y usted pone las manzanas en una despensa conveniente, y unos pocos días después, usted las examina
cuidadosamente. Usted quiere ver si es que aun una de ellas está mostrando signos de pudrición ya que ello tendría malos efectos
sobre las otras. Deje una manzana podrida entre cuarenta que están en buen estado, y pronto usted tendrá cuarenta y una manzanas
en mal estado; pero, ¿trabaja la bondad de esa manera? Ahora yo tengo una alacena completa llena de manzanas podridas. Ahora
bien, qué delicioso sería si usted pudiese poner sólo una manzana en buen estado entre las manzanas podridas, ¡y que todas
se convirtieran en buenas manzanas! Los verduleros pronto prosperarían si ellos pudieran lograr que todas sus manzanas podridas
se volvieran manzanas buenas poniendo ¡una manzana en buen estado en medio de ellas!
Ahora, no me pida que yo crea, cuando veo un Cristiano aliándose con muchas personas mundanas que no aman al Señor,
que él las va hacer buenas a todas ellas. No, él correrá un serio riesgo de ser contaminado él mismo; y no meramente un riesgo,
porque si él persiste en esta desobediencia a la Palabra de Dios, forzosamente se contaminará, y terminará diciendo, "Yo soy
como tú" - una terrible confesión, efectivamente.
A Josafat le salió al encuentro Jehú el profeta, formulando una pregunta pertinente, "¿Debes tú ayudar a los malos,
y amar a los que aborrecen a Jehová? Por esto pues la ira de la presencia de Jehová está sobre ti." (2 Crónicas 19:2 - VM).
Ayudar a un hombre a avanzar parece amable,
y es amable si es que él está en la senda correcta,
pero no lo es si él está en la senda equivocada. Ahora bien, usted no va a ayudar a ningún inconverso dándole un empujón estando
él en el camino equivocado. ¡Imagínese a un Cristiano dando una mano ayudadora a pecadores inconversos camino al abismo! "¿Debes
tú ayudar a los malos, y amar a los que aborrecen a Jehová?" ¿Debes tú ir y vincularte con ellos y unirte en sus proyectos
y despreciar la línea de demarcación que Dios ha hecho? No, en efecto; hacerlo es del diablo, y no de Dios. La Palabra de
Dios llama al Cristiano a estar de pie en su carácter apropiado como un hijo de luz, y no como un hijo de las tinieblas. Qué
efecto maravilloso se produciría en la Iglesia de Dios si se prestara atención a estas exhortaciones y los Cristianos en todas
partes comenzaran a limpiarse de estas asociaciones impías.
Una
palabra más. La tercera Escritura que he leído (2 Crónicas 20: 35-37), enfatiza el hecho de que Josafat pecó de esta manera
más de una vez, y Dios descendió en Su gobierno sobre él. La palabra de Eliezer el profeta fue muy clara. Él dijo, "Por cuanto te has aliado con Ocozías, el SEÑOR ha destruido tus obras." (2
Crónicas 20:37 - LBLA). Oh, ¿cuántos de nosotros vamos a estar de pie ante el Señor en Su tribunal, cuando llegue el día del
examen, y vamos a oír una palabra similar a aquella? ¿Será verdad que de algunos de nosotros el Señor tendrá que decir, «Tú
fuiste muy celoso en un aspecto; tú fuiste muy diligente; corriste lejos y trabajaste, pero debido a que te vinculaste con el mundo, debido que comprometiste frecuentemente
tu verdadero carácter mediante alianzas indignas, Yo he destruido tus obras; ellas no cuentan para nada en Mi presencia?»
El único terreno seguro es el terreno que la Palabra de Dios nos da. Cuando ustedes encuentren esa seria enseñanza
en la Palabra de Dios: "No os unáis en yugo desigual con los incrédulos" (2 Corintios 6:14), no caigan en discusión, y no
razonen acerca de ella, sino más bien OBEDÉZCANLA, cueste lo que cueste.
F. B. Hole
Traducido del Inglés por: B.R.C.O. - Junio 2009.-