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EL DÍA DEL SEÑOR (PAUL WILSON)

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9ª Parte de: TÉRMINOS PROFÉTICOS

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EL DÍA DEL SEÑOR

 

Todas las citas bíblicas se encierran entre comillas dobles ("") y han sido tomadas de la Versión Reina-Valera Revisada en 1960 (RVR60).

 

Paul Wilson

 

9ª Parte de: TÉRMINOS PROFÉTICOS

 

En este artículo nosotros llegamos al tema del "día del Señor" que seguirá a continuación de los días de "apostasía" y de "gran tribulación". Las angustias de la "gran tribulación" serán terribles, y terminarán con la venida personal del Señor para ejecutar juicio. Él vendrá a limpiar este mundo tomando venganza de aquellos que no conocen a Dios como preparación para establecer Su reino en la tierra. Algunos han confundido el "día del Señor" con Su venida a arrebatar a Sus santos, pero esto no debería ser hecho. Cuando Él venga a inaugurar el comienzo del "día del Señor", Sus santos vendrán con Él. Cuando Él aparezca en gloria, ellos aparecerán con Él (ver epístola de Judas 14, 15, y Colosenses 3: 4). Previamente (es decir, antes de la "apostasía" y de la "gran tribulación"), Él habrá venido y llamado a Sus redimidos de la tierra y del sepulcro, según 1ª Tesalonicenses capítulo 4.

 

Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento hablan del "día del Señor" como un tiempo de juicio y oscuridad para la tierra. Observemos algunos versículos del Antiguo Testamento:

 

"Viene el día de Jehová, porque está cercano. Día de tinieblas y de oscuridad, día de nube y de sombra… porque grande es el día de Jehová, y muy terrible; ¿quién podrá soportarlo?". (Joel 2: 1-11).

 

"Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama…  He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible". (Malaquías 4: 1-5).

 

"El día grande de Jehová… Día de ira aquel día, día de angustia y de aprieto, día de alboroto y de asolamiento, día de tiniebla y de oscuridad, día de nublado y de entenebrecimiento, día de trompeta y de algazara". (Sofonías 1: 14-16),

 

"Día de Jehová de los ejércitos vendrá sobre todo soberbio y altivo, sobre todo enaltecido, y será abatido…  Y se meterán en las cavernas de las peñas y en las aberturas de la tierra, por la presencia temible de Jehová, y por el resplandor de su majestad, cuando él se levante para castigar la tierra". (Isaías 2: 12-19).

 

Muchos otros versículos del Antiguo Testamento hablan también del tiempo en que el propio Señor vendrá a juzgar la tierra. En aquel tiempo Sus antagonistas, llamados Sus “enemigos” en el libro de los Hechos capítulo 2, serán puestos por estrado de Sus pies. ¡Cuán grave es ser enemigo de Cristo! Desde la muerte del Señor Jesús a manos del hombre no puede haber neutralidad alguna con respecto a Él; o se está del lado del Señor, — a favor de Cristo, — o en contra de Él. Lector, ¿eres un amigo o un enemigo?

 

En el Nuevo Testamento el propio Señor predijo Su venida en juicio. Las palabras de Mateo 24: 27-30 son claras:

 

"Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre… Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria”.

 

En la primera epístola a los Tesalonicenses el Apóstol Pablo tuvo que enseñar a estos cristianos jóvenes en la fe la verdad de la venida del Señor para sacar a Sus santos de la tierra antes del juicio. Estos recién salvados estaban angustiados debido a que algunos de ellos habían muerto antes que el Señor viniera, de modo que el Espíritu de Dios les envió esta Palabra explicándoles la manera en que los muertos en Cristo serán resucitados, y los creyentes que estén vivos serán arrebatados para ir al encuentro del Señor en el aire. (1ª Tesalonicenses 4: 13-18). Esto no ocurrirá en el "día del Señor", sino que tendrá lugar algún tiempo antes. Luego, en el capítulo 5 de esta epístola ellos son informados de que el "día del Señor" será posterior a la venida del Señor por los suyos.

 

Leemos, "Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán".

 

De la lectura de este versículo nos enteramos de que incluso en medio de todas las angustias de la "gran tribulación" los hombres estarán trabajando en planes para el mejoramiento del mundo y para asegurar la paz a un mundo asolado. Ellos llegarán a tener plena confianza en el éxito de sus planes, y profetizarán "Paz y seguridad", sólo para encontrar sus esperanzas completamente destruidas por la venida del Hijo del Hombre para ejecutar juicio sobre Sus enemigos. Dios será excluido de sus planes y su destrucción será veloz y repentina.

 

¡Qué contraste será el "día del Señor" con el día del hombre de la actualidad! Incluso ahora la voluntad del hombre es predominante y Dios es excluido. En aquel día, con todos los cristianos desaparecidos del mundo, este mundo habrá llegado a ser completamente impío y apóstata. Pero llegará el día en el cual Cristo, una vez rechazado aquí, regresará con Sus santos para ejecutar juicio. Él es despreciado y rechazado ahora, pero llegará el día cuando todos deban reconocer Su legítimo dominio.

 

Después que Pablo hubo escrito su primera carta a los cristianos recién convertidos en Tesalónica, ellos se conturbaron aún más. Esta vez la angustia de ellos fue con respecto al "día del Señor". Ellos habían estado pasando por angustias como resultado de su testimonio para Cristo. Estaban padeciendo persecuciones y fueron tentados a creer que el motivo por el cual ellos estaban teniendo tal angustia era que estaban pasando a través del "día del Señor". Esto no era cierto y Pablo escribió su segunda carta para corregir el error. En el segundo capítulo él dice:

 

“Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca" (o más correctamente, "ha llegado").

 

El apóstol les ruega que no se inquietaran por este falso rumor, y les hace recordar "la venida de nuestro Señor Jesucristo, y… nuestra reunión con Él". Esto va a preceder al "día del Señor". Ellos habían sido enseñados en la primera carta de Pablo acerca de la forma en que el Señor vendrá en las nubes y llamará a los santos a ir a Su encuentro en el aire. Esta esperanza debería ser el consuelo y el sustento de ellos. El falso rumor decía que el "día de Jehová, grande y terrible" realmente había llegado, — que ya estaba presente, no meramente que estaba cerca o era inminente. Esto los llenó de consternación (recuerden que dicho rumor llevaba el falsificado nombre del Apóstol para acreditarlo), porque ellos entendían que el "día del Señor" iba a ser un tiempo terrible. Sin duda alguna ellos conocían algunas de las profecías del Antiguo Testamento que acabamos de mencionar, por lo que podemos comprender bien el estado de angustia de ellos al oír semejante falso rumor.

 

Después de recordarles la venida del Señor como propia esperanza de ellos el apóstol Pablo pasa a explicar que el "día del Señor" no puede venir hasta después que ocurran ciertas otras cosas. La "apostasía" y la revelación del "hombre de pecado" deben preceder a la venida del Señor a ejecutar juicio. Ciertamente Él vendrá en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocen a Dios, ni obedecen al evangelio. Su venida en juicio, introduciendo el "día del Señor" es una certeza; pero ningún cristiano debería angustiarse por ello, porque él habrá desaparecido de la escena primero para estar con Cristo, y regresará con Cristo en aquel día.

 

Nosotros podríamos usar una ilustración de otra persona. Supongamos que cierta ciudad se rebela contra su legítimo rey. El rey reúne entonces un ejército para ir y castigar a los rebeldes. Pero hay algunos allí que todavía son leales a su rey y a ellos el rey les envía el mensaje de que primero él irá a un lugar designado fuera de la ciudad y llamará a todos los que son leales para que se reúnan con él allí. Él dice además que ni un solo tiro será disparado antes de que ellos sean llamados a salir de la ciudad condenada. Ellos no deben angustiarse por los falsos rumores acerca de que él ya ha llegado y la destrucción ha comenzado, sino que esperen tranquilamente su llamamiento para ir a encontrarse con él. Él promete también a sus fieles que cuando él vaya a ejecutar venganza ellos lo acompañarán.

 

La segunda epístola de Pedro habla también de la venida del "día del Señor" como ladrón. (2ª Pedro 3: 10). Un ladrón viene de improviso y nunca para el bien, por lo que el "día del Señor" vendrá sobre el mundo impío muy inesperadamente para juicio.

 

Pedro, hablando por el Espíritu de Dios, va más allá y habla de acontecimientos que tendrán lugar incluso después del reinado pacífico de mil años de Cristo. Él habla de la disolución de la tierra y los cielos actuales al final del "día del Señor". Nosotros vemos así que el "día del Señor" anunciará el comienzo del reinado de Cristo en la tierra y este día continuará a lo largo de él e incluso más allá, hasta el comienzo del "día de Dios", — el estado eterno, con cielos nuevos y tierra nueva.

 

Paul Wilson

 

Traducido del Inglés al Español por: B.R.C.O.- Noviembre 2024.


Título original en inglés:
Prophetic Terms: The Day of the Lord, Articles by Paul Wilson
Traducido con permiso
Publicado por:
Bible Truth Publishers

Versión Inglesa
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