Dedicación,
Santificación y Consagración
G. Davison
Todas
las citas bíblicas se encierran entre comillas dobles ("") y han sido tomadas de la Versión Reina-Valera
Revisada en 1960 (RVR60) excepto en los lugares en que además de las comillas dobles ("") se indican
otras versiones mediante abreviaciones que pueden ser consultadas al final del escrito.
De la revista
'Precious Things'
Correspondiente
a los meses de Abril-Mayo-Junio de 1964
Lectura Bíblica:
Epístola
a los Romanos, capítulo 12, versículos 1-3
Hay tres palabras
que nosotros usamos a menudo al exponer ciertas verdades, y una explicación de estas palabras puede ayudar a la comprensión
de las verdades comunicadas por ellas. Las tres palabras son — Dedicación, Santificación y Consagración.
En realidad estas palabras no aparecen en los versículos que hemos leído, pero la enseñanza relacionada
con ellas está delineada muy claramente en ellos.
La palabra "consagración"
es usada a menudo cuando el uso de la palabra "dedicación" hubiese sido más preciso; y a veces se
hace referencia a la 'dedicación' cuando 'consagración' ha sido realmente el pensamiento
que se tiene en mente. Considerando los versículos que hemos leído podemos ayudarnos a ver el pensamiento distintivo
en relación con cada palabra.
Dedicación
— Romanos 12:1
La palabra griega ἐγκαίνια, enkaínia, traducida
como "dedicación" es hallada tres veces en el Nuevo Testamento y aparece también frecuentemente en
el Antiguo Testamento. Nosotros tenemos el sustantivo "dedicación" en el evangelio de Juan capítulo
10, versículo 22, y en Hebreos 9: 18 en la versión inglesa de la Biblia KJV tenemos el verbo ἐγκαινίζω, enkainízo traducido como "dedicated",
y traducido en nuestra Biblia RVR60 como "instituido". (J. N. Darby en su traducción de la Biblia presenta
esta palabra como "inaugurado", pero una concordancia mostrará claramente que esa palabra griega es el verbo
de la palabra usada en Juan 10:22, versículo en el que J. N. Darby la deja como "dedicación"). La
otra referencia está en Hebreos 10:20 donde está traducida en la RVR60 como "abrió", pero se
trata realmente de la palabra "dedicó", y está traducida así por J. N. Darby. Nosotros citamos
estas referencias para mostrar que se trata de una palabra Escritural que contiene un elemento de verdad de indudable importancia.
"Dedicación"
significa 'entregado a', o 'consagrado a'. Esta palabra es usada para describir esas cosas que estaban
dedicadas al servicio de Dios. Todas las cosas ofrecidas voluntariamente por los hijos de Israel en favor de la construcción
del tabernáculo fueron de este carácter. La ofrenda de los príncipes registrada en el libro de Números
capítulo 7 es mencionada como "dedicación", y el material dado voluntariamente por el
pueblo fue sin duda alguna de este carácter también. Cuando fue entregada a Moisés ella fue dedicada
de inmediato al servicio de Dios. Nadie habría intentado reclamar algo de lo así dado; ello era entregado de
manera irrevocable para el servicio de Dios. Teniendo esto en cuenta nos referimos nuevamente al primer versículo de
la epístola a los Romanos, capítulo 12.
"Os exhorto,
pues, hermanos, por las compasiones de Dios, a presentar vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios; que
es vuestro servicio racional". (Romanos 12: 1 – JND, VM2020, WK).
Nota:
Romanos 12: 1. La palabra griega "latreía", traducida como "servicio" en Juan16: 2, es
una terminología análoga al tiempo del apóstol, quien describe este sacrificio como un "logikós
latreia" = "servicio racional" a Dios por medio de la razón humana. Debe diferenciarse de la palabra
griega "thrēskeia" = adoración, culto, en Colosenses 2: 18-23.
Nosotros hemos
llamado a prestar atención al hecho de los hijos de Israel dedicando ciertos materiales al servicio de Dios, pero aquí
vamos más allá de ciertas cosas y nos vemos enfrentados al hecho de que nosotros mismos somos
los que hemos de dedicarnos, no meramente aquello que poseemos. De esto se deduce que si nosotros nos dedicamos a Dios todo
lo que poseemos estará también a Su disposición. La Palabra es " vuestros cuerpos", y eso nos
implica a nosotros mismos por completo — nuestros pensamientos, nuestros movimientos, nuestros deseos, todos ellos están
ligados a nuestros cuerpos y funcionan en relación con ellos. Ello ha de ser absoluto, y sin reserva alguna.
Notemos que se
nos da el privilegio de hacer esto. Aquello a lo cual se hace referencia aquí no es lo que Cristo ha hecho
por nosotros, ni lo que el Espíritu ha hecho por nosotros, ni lo que Dios ha hecho por nosotros. Lo que las Personas
divinas han hecho por nosotros está claramente declarado en los tres primeros versículos de Romanos 8, a saber,
"Ahora pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, porque la ley del Espíritu
de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Porque Dios hizo lo que era imposible para
la ley, por cuanto ella era débil por la carne: Habiendo enviado a su propio Hijo en semejanza de carne de pecado y
a causa del pecado, condenó al pecado en la carne". (Romanos 8: 1-3 – RVA). [Véase nota].
[N.
del T.]. "Los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu". Esta frase no está
en los mejores manuscritos. Al final del versículo 1, el Textus Receptus introduce la expresión del versículo
4 en dos etapas: los que no andan conforme a la carne, y la misma cláusula seguida por sino conforme al
Espíritu. La lectura más corta, que hace la declaración mucho más apropiada sin la calificación
que es únicamente aplicable en el versículo 4, está fuertemente respaldada por antiguos representantes
de los tipos de texto Alejandrino y Occidental. Desde el punto de vista de las consideraciones internas, esta errónea
inserción en el texto desvirtúa el propósito doctrinal de la Epístola al trasladar del
versículo 4 una cláusula conclusiva, y volverla condicional en el versículo 1. (Nota al margen
Biblia BTX3).
El desafío
es ahora en cuanto a cuál ha de ser nuestra respuesta. Si apreciamos aquello que nos ha alcanzado a través de
las compasiones de Dios, nosotros mismos nos presentaremos y presentaremos todo lo que tenemos en servicio voluntario a Dios.
Esto es verdadera dedicación.
Los Levitas, después
de su dedicación, tal como está registrado en Números 8, son ciertamente un tipo de esto. Todos sus posteriores
movimientos tuvieron relación con el servicio del tabernáculo, y de igual manera nuestro servicio debería
estar relacionado con esos intereses de Personas divinas que responden en la actualidad al tabernáculo en un sentido
espiritual. ¡Qué maravilloso es que nosotros en nuestro día podamos estar aquí para la complacencia
de Dios dedicando nuestra vida entera a Sus intereses!
Todo lo que es
dedicado a Dios debe ser característicamente santo; Él puede usar sólo aquello que es así en Su
servicio. Se dice que nuestros cuerpos son de barro (2ª Corintios 4: 7), corruptibles (1ª Corintios 15), etc., pero
la Escritura no se refiere a ellos como cuerpos pecadores. Si el cuerpo fuese pecador, ¿cómo podríamos
presentarlo a Dios como sacrificio santo (Romanos 12: 1)? Todavía no ha tenido lugar ningún cambio físico
en nuestros cuerpos pero nosotros, en cualquier caso, podemos presentarlos como cuerpos santos para el servicio de Dios.
Esta palabra "santo"
está estrechamente relacionada con "santificación", cuyo significado es "preservado del mal".
Antes que las compasiones de Dios nos alcanzaran y nos pusieran en orden con Él mismo, nosotros usábamos nuestros
cuerpos enteramente para nuestra propia voluntad y en prácticas pecaminosas. Nosotros podemos usar ahora este mismo
cuerpo en el servicio santo de Dios. No es que el cuerpo haya cambiado; hemos cambiado nosotros, y la evidencia de
que apreciamos la obra de Dios que ha forjado este cambio es vista en nuestra disposición a darle a Él todo
lo que somos capaces de dar en la perspectiva de Su propia complacencia. Ese es el significado de la palabra "agradable"
(Romanos 12: 1 – VM2020), la cual conlleva el pensamiento de "acepto", "aceptable"'. ¡Qué
triunfo para Dios y qué bendición para nosotros es que nosotros que una vez vivimos sólo para complacernos
a nosotros mismos, vivimos ahora para la complacencia de Dios!
Antes de dejar
este versículo no pensemos que este es algún estado avanzado en el que vamos creciendo. El apóstol dice
que ello es nuestro "servicio racional" (Romanos 12: 1 – VM2020 ), o ello puede ser leído como "servicio
inteligente", y debe ser verdad acerca de todo santo de Dios que ha valorado correctamente la obra que Dios ha hecho
por nosotros. Si Dios ha hecho tanto por nosotros y nos valora tanto que Él ha hecho esto para asegurar que nosotros
seamos para Él, entonces, ¿no debiésemos dedicarnos en todo a Él para Su servicio en la actualidad?
Esto es verdaderamente lo que la dedicación implica. Que todos nosotros procuremos gracia para responder a
ello.
Santificación
— Romanos 12: 2
"No os conforméis
a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál
sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta".
La "dedicación"
fue el tema que tuvimos en cuenta anteriormente. Ahora, en este segundo versículo, vemos con igual claridad que la
"santificación" es la porción de la verdad con la cual el Espíritu desea que nos ocupemos.
Si nuestra dedicación debe ser llevada a cabo en condiciones adecuadas para Dios, la necesidad de santificación
es vista como siendo un imperativo. Nosotros no podemos esperar servir a Dios de manera aceptable excepto mostrando los rasgos
que se nos prescriben en este versículo.
Destacan dos palabras
que contrastan entre sí: "conforméis" y "transformaos". El prefijo 'con'
indica 'junto con', 'reunión', 'cooperación' o 'agregación',
y el prefijo 'trans' indica 'aparte de'. Esto hace que el significado de la exhortación sea claro.
Nosotros no debemos estar juntos con este mundo, sino completamente aparte de él. Es un axioma Escritural
que nuestros tres peligros son el mundo (siglo), la carne, y el diablo. Con la misma claridad se enseña que el mundo
(siglo) se opone a Dios como Padre; el diablo se opone a Cristo, y la carne se opone al Espíritu. Nosotros no podemos
limitar estos asuntos de una manera taxativa y rápida pero ha sido señalado a menudo que, en lo principal,
esta es la forma en que ellos son presentados a nosotros; y la primera epístola de Juan hace que la verdad sea bastante
clara. Por eso en este versículo donde la voluntad de Dios está en perspectiva el mundo (siglo) es visto como
el gran obstáculo para nuestro andar sometidos a Su voluntad. ¿Por qué nosotros que somos 'llamados
desde lo alto y hombres celestiales por nacimiento' deberíamos desear ser semejantes a los hombres de este mundo?
¿Por qué estar ansiosos por vestirnos como ellos, hablar como ellos, asociarnos con ellos, cuando pertenecemos
a Dios a quien ellos no conocen ni desean servir? ¿No debiésemos ser más bien, "como hombres que
aguardan a su señor"? (Lucas 12: 36 – VM). Nuestro mayor obstáculo para llevar a cabo nuestra "dedicación"
es esforzarnos por ser semejantes a este mundo.
En contraste con
esto nosotros somos exhortados a ser 'transformados' por medio de la renovación de nuestros entendimientos.
Aquellos que desean averiguar el significado de estas palabras encontrarán que la raíz morfológica 'form'
usada en la palabra compuesta "conforméis" significa una similitud en la superficie; mientras que
la raíz morfológica 'form' usada en la palabra compuesta "transformaos" significa un cambio
radical en la persona que está en esa forma. El otro uso de esta palabra traducida aquí como "conforméis"
está en 1ª Pedro 1: 14, y también puede ser traducida como "amoldándoos", a saber,
"como hijos de obediencia, no amoldándoos a los apetitos de antes en el tiempo de vuestra ignorancia". (1ª
Pedro 1: 14 – BC1957), y nuevamente se ve aquí claramente que ello es una semejanza hacia el exterior, externa.
Nosotros podemos agradecer a Dios el hecho de que somos personas que han sido libertadas del mundo; entonces, ¿por
qué deberíamos estar ansiosos por ser semejantes a él en la apariencia?
La palabra "transformaos"
(Griego Metamorfóo - G3339) se encuentra en tres lugares en el Nuevo Testamento, y está traducida de manera
diferente cada vez. En Mateo 17: 2 está traducida como "transfiguró", si bien en nuestro versículo
está traducida como "transformaos". La primera referencia muestra claramente lo que la palabra significa.
La gloria verdadera de nuestro Señor resplandeció de una manera que los discípulos no habían visto
antes. No se trató meramente de una vestidura exterior lo que fue manifestado, sino lo que el Señor era en Sí
mismo resplandeciendo. Así debe ser con respecto a nosotros. Como sometidos a la Palabra de Dios y con el Espíritu
de Dios morando en nuestros corazones, lo que nosotros somos como santos de Dios debe ser visto resplandeciendo.
Este es el verdadero significado de "transformaos." Verdaderamente, entonces, si lo que nosotros somos como el fruto
de la obra de Dios en nuestras almas resplandece constantemente desde el vaso en el cual esa obra ha sido llevada a cabo,
no nos conformaremos (adaptaremos), y en efecto podemos decir, no podemos conformarnos (adaptarnos) a este mundo.
Hemos de observar
que esta transformación es el resultado de la "renovación" de nuestros entendimientos, de nuestras
mentes. Entonces, ¡cuán importante es controlar la tendencia de la mente! Esto sería aquello a lo que
el apóstol se refiere en Romanos 8: 6, "ocuparse del Espíritu" (o "la mentalidad del Espíritu").
Es decir, nosotros pensamos siguiendo las iniciativas del Espíritu, no la línea de pensamiento que nos caracterizaba
cuando el interés propio era el deseo gobernante de nuestras vidas. Nuestro deseo es ahora complacer a Dios haciendo
espacio para Su voluntad, no para la nuestra. Cuando permitimos a estos deseos controlar nuestros pensamientos y, por consiguiente,
nuestros movimientos, nos estaremos moviendo aquí para la complacencia de Dios, y ciertamente comprobaremos cuál
es "la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta". (Romanos 12: 2). No podía haber nada bueno acerca de
nuestras voluntades, ni tampoco podían ellas producir algo aceptable para Dios, y ¿cuán distante
de la perfección debe estar cualquier pensamiento nuestro? Dios puede aceptar de nosotros solamente aquello que es
de Él mismo, y nosotros tenemos el gran privilegio de servirle a Él en este mundo hostil cuando Le permitimos
controlarnos y guiarnos. Esto llevará a la verdadera "santificación". Una afirmación adicional
hecha por el Señor Jesús mostrará nuevamente la relevancia de esta importante verdad, — leemos,
"No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad". (Juan
17: 16, 17).
Si nosotros hemos
tomado la decisión de dedicarnos a Dios para Su servicio, que tengamos siempre en cuenta que esto necesita un andar
en separación a través de este mundo. Tratar de servir a Dios mientras nos asociamos con este mundo nos dejará
desprovistos del poder necesario para cumplir Su voluntad, y resultará en que el servicio mismo se convertirá
en un asunto de esclavitud en lugar de ser el deleite de nuestras almas. Tal deleite existirá realmente si nosotros
sustentamos nuestra dedicación mediante la santificación y somos hallados así siguiendo la voluntad de
Dios para Su gloria y nuestra actual bendición.
Consagración
— Romanos 12: 3
Nosotros hemos
considerado el pensamiento de la "dedicación" en el versículo 1 de nuestro capítulo, y el de
la "santificación" en el versículo 2; y esperamos ver ahora la verdad de la "consagración"
en el versículo 3. Esta palabra es confundida a menudo con "dedicación", pero las dos son muy distintas.
La mayoría de nosotros ha notado el título "Consagración" en el encabezado del himno 'Take
My Life and Let It Be, Autor: Frances R. Havergal, 1874:
«Toma mi
vida y que ella esté,
Consagrada Señor
a Ti»
Pero el verdadero
carácter de ese himno es la dedicación, no la consagración. Esperamos ver esto de la Escritura que está
ante nosotros.
Tenemos que acudir
ahora al Antiguo Testamento para encontrar el significado de esta palabra y para observar cuidadosamente su relevancia en
los capítulos donde ella aparece. Es cierto que dicha palabra es usada dos veces en nuestra Versión Autorizada
inglesa KJV; ambas referencias están en la epístola a los Hebreos, a saber, Hebreos 7: 28 y Hebreos 10: 20,
palabra que la RVR60 traduce como "hecho perfecto" en el primer caso, y "abrió" en el segundo.
Una referencia a la Nueva Traducción por J. N. Darby mostrará que la palabra es "perfeccionado" en
el capítulo 7, y "dedicado" en el capítulo 10, en lugar de "abrió." Si bien la palabra
real "consagró" no se encuentra en el Nuevo Testamento, la verdad implícita en esa palabra está
ciertamente allí.
La palabra aparece
de manera acertada por primera vez en Éxodo 28: 41, — "los consagrarás" (en hebreo: "llenarás
sus manos", es decir, con sacrificios para ser ofrecidos por ellos). Entonces, la palabra "consagración"
significa 'llenar la mano'. Para una ilustración de esto nosotros debemos acudir a Éxodo 29 donde
leemos que "el otro carnero" (versículo 19) era un "carnero de consagración" (versículo
22). Los intestinos y la espaldilla derecha de aquel carnero fueron puestos en las manos de Aarón, y en las manos de
sus hijos; para ser mecidos como ofrenda mecida delante de Jehová (versículo 24). Moisés los tomó
después de las manos de ellos y los hizo arder en el altar sobre el holocausto, por olor grato delante de Jehová
(versículo 25). Leemos además que ciertas partes del sacrificio llegaron a ser alimento para los sacerdotes
(versículo 28). Nosotros sabemos que esta ofrenda habla de nuestro Señor Jesucristo en Su consagración
al cumplimiento de la voluntad de Dios. Sacerdotes santificados ofrecían las porciones más excelentes del sacrificio
a Dios, y se alimentaban del resto. Lo que necesita ser enfatizado es que todo era puesto en las manos de ellos antes
que lo ofrecieran. Otro ponía estas partes en las manos de ellos, ellos mismos no hacían esto. El privilegio
de ellos era ofrecer aquello que era puesto allí, pero ello les era dado en la perspectiva de la ofrenda. Vemos en
esto que el significado de la palabra "consagración" es 'llenar la mano'. La lectura de esta Escritura
hace evidente el hecho de que la consagración indica lo que primero fue dado a los sacerdotes con una perspectiva de
ser usado en el servicio de Dios. Con esto en mente nosotros podemos ver claramente el motivo por el cual se sugiere Romanos
12: 3 como teniendo la consagración en perspectiva.
Nosotros ya hemos
visto que la dedicación (Romanos 12: 1) es algo que nosotros hemos de hacer como habiendo aprehendido y apreciado lo
que Dios ha hecho por nosotros. Luego, en Romanos 12: 2 hemos visto que nuestra dedicación es mantenida mediante la
santificación. Estos dos versículos hablan de aquello que nos corresponde a nosotros, lo que nosotros
hemos de hacer, mientras que la consagración se refiere a lo que Dios proporciona de Su parte para capacitarnos
a llevar a cabo nuestra dedicación en consagración a Su voluntad. No hay sugerencia alguna de que nosotros somos
consagrados sólo como resultado de haber sido dedicados y santificados. Romanos 12: 3 muestra que eso no es así;
pero si nosotros vamos a andar en el poder de nuestra consagración, nosotros debemos ser tanto dedicados como santificados.
A causa de la carencia de estos dos rasgos mucho de aquello con lo que Dios ha equipado a los santos para Su servicio actual
se ha perdido.
"Digo, pues,
por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí
que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada
uno". (Romanos 12: 3).
Tenemos aquí
ciertamente el pensamiento de la consagración, aquello que Dios ha repartido (o, distribuido) a cada uno de nosotros.
Con independencia de cuán dedicados seamos, con independencia de cuán caracterizados por la santificación
del mal que está en este mundo, si Dios no nos hubiera provisto de medios espirituales nosotros no Le podríamos
servir aquí. Él ha proporcionado a todos nosotros algo que ha de ser usado en Su servicio. En la epístola
a los Efesios el apóstol es guiado por el Espíritu para llamar a lo dado "gracia" (Efesios 3: 2, 7;
Efesios 4: 7), si bien él habla de ello como "fe" aquí en Romanos 12:3. La gracia muestra la
maravillosa condescendencia de Dios al darnos la habilidad para servirle a Él; y la fe indica la confianza que necesitamos
para usar nuestro equipamiento espiritual en ese servicio. Nuestro servicio es entre el pueblo de Dios, pero la manera en
que servimos a los santos es como sirviendo a Dios.
Más adelante
en este capítulo 12 de Romanos nosotros tenemos "diferentes dones" (versículo 6), pero está
también aquello que es dado a cada uno de nosotros pues Dios ha llenado nuestras manos. En el versículo
6 se hace referencia nuevamente a lo dado como "gracia." Esta palabra puede ser traducida 'favor gratuito',
y si nosotros valoramos este favor más encontraremos que nuestro servicio para Dios al servir a Su pueblo es un placer
y no una carga.
Hay tres lugares
en el Nuevo Testamento en los que la verdad en cuanto a que los santos están espiritualmente dotados es enseñada.
Aquí en Romanos 12, otra vez en 1ª Corintios 12, y también en Efesios 4. Romanos 12 tiene el cumplimiento
de la voluntad de Dios en perspectiva y por eso se dice que es Dios mismo el que da los dones. En 1ª Corintios 12 el
gran objetivo en perspectiva es "la manifestación del Espíritu", por lo tanto es el Espíritu
el que da los dones. Finalmente, en Efesios 4 lo que se tiene en cuenta es que el cuerpo puede funcionar para mostrar a Cristo,
por eso el propio Cristo es el Dador de los dones.
¡Qué
personas favorecidas somos! Dotados por Dios en la perspectiva del cumplimiento de Su voluntad mientras nos movemos a través
de este mundo; dotados por el Espíritu para que nosotros podamos fomentar el crecimiento espiritual en nuestras reuniones
locales, y dotados por nuestro Señor Jesucristo de modo que estemos capacitados para ayudarnos los unos a los otros
para un mejor conocimiento de Su grandeza y gloria, la grandeza y la gloria de Cristo, el Hijo de Dios. (Efesios 4: 13).
Que todos nosotros procuremos estar
más dedicados a la voluntad de Dios, preservando en condiciones santas y por medio de una constante santificación
práctica, el don dado a nosotros, para que podamos usar en poder y santidad aquello con lo que nuestras manos han sido
llenadas por Dios, — a saber, nuestra "consagración"
G. Davison
Traducido del Inglés al Español
por: B.R.C.O.- Agosto 2017
Texto mejorado y audio añadido
– Septiembre 2024
Otras
versiones de La Biblia usadas en esta traducción:
BC1957
= SAGRADA BIBLIA BOVER - CANTERA 1957 (Cuarta Edición).
JND
= Una traducción literal del Antiguo Testamento (1890) y del Nuevo Testamento (1884) por John Nelson Darby (1800-82),
traducido del Inglés al Español por: B.R.C.O.
KJV
= King James 1769 (conocida también como la "Authorized Version en inglés"), versículos traducidos
del Inglés al Español por: B.R.C.O.
RVA
= Versión Reina-Valera 1909 Actualizada en 1989 (Publicada por Editorial Mundo Hispano).
VM
= Versión Moderna, traducción de 1893 de H. B. Pratt, Revisión 1929 (Publicada por Ediciones Bíblicas
- 1166 PERROY, Suiza).
VM2020
= Biblia Moderna 1929 actualizada en 2020, publicada en el portal Internet de: https://biblicom.org
WK
= Una traducción del del Nuevo Testamento por William Kelly, versículos traducidos del Inglés al Español
por: B.R.C.O.