La
unidad del Espíritu y Procurar Guardarla
F. G. Patterson
Todas
las citas bíblicas se encierran entre comillas dobles (" ") y han sido tomadas de la Versión Reina-Valera
Revisada en 1960 (RV60) excepto en los lugares en que además de las comillas dobles ("") se indican otras
versiones mediante abreviaciones que pueden ser consultadas al final del escrito.
10ª
Parte de: La Doctrina de Pablo y Otros Documentos
"La unidad
del Espíritu" es ese poder o principio que mantiene a los santos andando juntos en sus relaciones apropiadas en
la unidad del cuerpo de Cristo. Es la realización moral de su unidad: y el hecho de procurar guardarla con diligencia
mantiene nuestras relaciones con todos los santos conforme al Espíritu de Dios, — y en la verdad.
Nosotros nos reunimos
con otros al nombre del Señor en el principio de "Un solo cuerpo y un solo Espíritu". (Efesios 4:
4 - RVA). De este modo nosotros procuramos "con diligencia guardar la unidad del Espíritu en el vínculo
de la paz" (Efesios 4: 3 – RVA), y procuramos estar en la "comunión del Espíritu Santo",
que es Aquel que mantiene la unidad del cuerpo de Cristo. Consecuentemente, nosotros nos encontramos separados de aquellos
que no están en esta senda bienaventurada aunque ellos sean perfectamente sanos en doctrina y piadosos en vida, o que
tal vez están inconscientemente asociados con aquellos que son neutrales e indiferentes a la gloria de Cristo y a esta
verdad.
Por tanto, nosotros
nos reunimos en un terreno lo suficientemente amplio como para incluir a todos los miembros de Su cuerpo, sin excluir a ninguno.
Si los que vienen están a sabiendas en conexión o asociación con aquello que no tiene en cuenta Su verdad
y Su gloria, eso los excluiría de la comunión a la mesa del Señor. Si ellos están involuntariamente
mezclados con eso nosotros deberíamos alegrarnos de reunirnos con ellos, pero nos sentiríamos obligados a decirles
cuál es el terreno que nosotros asumimos con respecto a Cristo y cuál es la posición que ellos ocupan
con referencia a Cristo. Esto dejaría bajo la responsabilidad de ellos el hecho de estar con nosotros o contra nosotros.
Nosotros no podríamos convertirnos "a ellos", mientras se nos dice: "Conviértanse ellos a ti".
(Jeremías15).
Consecuentemente,
nosotros no podríamos unirnos con ellos en la obra del evangelio porque ellos no tienen en cuenta el propósito
de Dios. El propósito de Dios no es meramente la salvación sino que Su pueblo sea en la tierra un testimonio
viviente para Cristo y Su cuerpo durante Su rechazo y ausencia, y con otros miembros de Su cuerpo, — andando en unidad
y paz. La iglesia de Dios es el testimonio en la tierra de que "Dios es luz", "Dios es amor" y "Dios
es Uno". El Espíritu Santo en la tierra responde y revela a Cristo que está en lo alto. Él es el
"Santo y Verdadero"; el Espíritu Santo en la tierra es el "Espíritu de Santidad" y el "Espíritu
de Verdad".
No se puede decir
acerca de un miembro que él representa el cuerpo, o que él es el cuerpo porque come del un solo pan. Si él
se reúne en cualquier lugar, conforme al pensamiento de Dios, para comer la Cena del Señor con otros
miembros del cuerpo de Cristo, ellos serían colectivamente una expresión verdadera del cuerpo de Cristo en la
tierra en aquel lugar. Un número de miembros de Cristo pueden estar juntos y no en la unidad del Espíritu en
absoluto (como yo no dudo que es a menudo el caso). No es que Cristo no los sostenga como miembros de Su cuerpo, pero ellos
pueden estar juntos en terreno independiente o vinculados con el extendido (y cada vez más amplio) principio de neutralidad
para con Cristo. Por consiguiente, el Espíritu Santo sería obstaculizado; y aunque mucho de lo que es verdad,
tal como el ministerio abierto y cosas por el estilo sería aceptado en cuanto a principio, eso no podría ser
reconocido como una asamblea de Dios porque la Escritura no lo reconocería como tal. No hay más que "Un
solo Espíritu", y si nosotros procuramos guardar la unidad del Espíritu con otros, no puede haber ningún
principio antagónico que podamos reconocer.
El Espíritu
Santo no ha abandonado la casa de Dios (siendo ella ahora como "una casa grande", o cristiandad), aunque muchas
corrupciones están allí; mientras que al mismo tiempo la Escritura no reconoce las pretensiones que muchos aducen
en ella de ser ellos 'una asamblea de Dios'.
El Libro de Esdras
presenta el relato del regreso de un remanente desde Babilonia a una posición y una ciudad divinas. Ellos no pretendieron
la grandeza anterior sin aquello que respondería a estas pretensiones sino que procuraron andar en fidelidad delante
de Dios, con un templo vacío, — sin Urim y Tumim, — sin Arca del Pacto, — sin la Gloria; pero el
Espíritu de Dios estuvo con ellos (Hageo 2: 5), y la separación de todo lo que era contrario a Él caracterizó
la conducta de ellos. (Véase Esdras 2: 59-63; 4: 1, y 10: 1-9).
De manera similar,
— existe ahora un remanente separado para Dios de las corrupciones que lo rodean, — que reconoce el terreno divino
de la iglesia de Dios ante Él sin pretender nada sino procurando estar juntos en la comunión de Su Espíritu
en la tierra, y esperando el regreso de Cristo. Ellos Se alegran de dar la diestra en señal de compañerismo
(comunión) a todo miembro de Su cuerpo que desea andar en la verdad con ellos en igual separación de todo lo
que alrededor es malo.
Yo creo que este
es un día en el que debemos ceñir nuestros lomos mediante Su gracia y fijar nuestra mirada únicamente
en Cristo; pues sólo entonces seremos capaces de juzgar lo que se le debe a Él, y no a partir de nuestro criterio
al considerar a nuestros hermanos. Entonces nosotros podemos, mediante Su gracia, escapar de las principales corrupciones
del momento, —- falsas doctrinas, — y de la imitación que el enemigo hace de lo verdadero, — el principio
de Janes y Jambres resistiendo a Moisés mediante una falsificación.
La expresión
"Un solo cuerpo" es usada en la 1ª epístola a los Corintios capítulo 12 con referencia a todos
los santos que están en la tierra en cualquier momento dado. Pero la expresión "Vosotros, pues,
sois el cuerpo de Cristo", aparece también en 1ª Corintios 12 como refiriéndose a la asamblea en aquel
lugar; es decir, que en el terreno y el principio de su reunión ellos eran "el cuerpo", — un pasaje
sumamente importante. Este pasaje muestra que una asamblea de Dios, para ser realmente eso, está siempre en el terreno
y el principio del cuerpo. (1ª Corintios 12: 27). Los que ahora se reúnen en un lugar y participan del "un
solo pan" conforme a este principio no son más el cuerpo de Cristo en aquel momento que en cualquier otro. Pero
ellos tienen fe en la verdad de ello, tal como se ve en la práctica de ellos, mientras que otros que hablan de ello
sin la práctica no parecen tenerla. Los primeros pueden mostrar su fe mediante sus obras, — la única manera
de hacerlo.
La palabra "cuerpo"
no es utilizada para expresar unión con Cristo. El cuerpo está unido a Cristo por el Espíritu
Santo. Los que están juntos en la práctica de esta verdad están procurando "con diligencia guardar
la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz". (Efesios 4: 3 – RVA). El Espíritu Santo constituye
la unidad del cuerpo. Ellos están procurando andar en la comunión del Espíritu Santo, — una Persona
divina que no adaptará Sus modos de obrar a nosotros, — nosotros debemos adaptar nuestros modos de obrar, en
la verdad, a Él. Las personas suponen que porque son miembros de Cristo por consiguiente ellos deben estar
practicando tal verdad. Nadie puede practicarla (aunque realmente sean miembros de Él) a menos que ello sea en la unidad
del Espíritu y con aquellos que han estado allí antes que ellos; pues es imposible tenerla públicamente
al margen de los tales. La práctica común del momento actual es aceptar los principios y términos divinos
aparte de su práctica. La Escritura es muy perentoria para esto.
Que nuestros corazones
sean conducidos a ese amor a la verdad, y al amor en la verdad, y por la verdad, ¡para que podamos escapar de la vorágine
en el que tantos están cayendo!
F. G. Patterson
Traducido del
Inglés por: B.R.C.O. – Julio 2024
Otras
versiones de La Biblia usadas en esta traducción:
RVA
= Versión Reina-Valera 1909 Actualizada en 1989 (Publicada por Editorial Mundo Hispano).