Collected Writings Vol. 12, Evangelic No. 1.
EL HIJO PRÓDIGO CON EL PADRE
LUCAS 15
Yo tomo este capítulo porque uno encuentra que hay muchas almas sinceras que no están en la
segunda condición de este hijo pródigo arrepentido -es decir, cuando él había sido besado, y vestido, y estaba en la casa
con el Padre- ellos no tienen paz real con Dios. Ellos todavía se están entreteniendo en el camino; y aunque ellos saben que
la salvación es una cosa real dada de esta manera, ellos no están viviendo en el disfrute de ella. Con respecto a su estado
de mente, ellos no han comido del becerro gordo, ni llevan puesto el mejor vestido; ellos no están viviendo con el Padre en
el terreno de lo que el Padre ha mostrado ser en Sí Mismo.
Es impresionante el momento en que el Padre viene; exceptuando la confesión del hijo, usted
no oye hablar nada de él; todos es acerca del Padre. Desde el momento de su confesión la escena entera es la mente del Padre,
y los caminos del Padre -lo que es Su corazón, y lo que Su casa puede proporcionar; y ése es el verdadero estado Cristiano,
y a lo que tiene que ser traído el corazón para que disfrute. Vuelvo sobre ese punto de vista especial ahora. Muchos son sinceros,
sin embargo no están en este terreno, y el Señor nos muestra que esto es así; nosotros deberíamos clamar siempre "Abba, Padre",
como teniendo este lugar consciente con Él.
Hay dos estados muy marcados en el hijo pródigo; solamente en el segundo nosotros realmente los pensamientos y sentimientos del padre, y no los del pródigo, sino el efecto en
él; y allí él descansa. No encontramos juicio aquí, todo es gracia. El juicio es una cosa real, y el Señor echará mano de
la conciencia por medio de éste; pero no es el asunto aquí, no obstante lo saludable que esto es. Tampoco es la sangre presentada
a Dios, como satisfaciendo ese juicio, todo esto tan verdadero e importante como lo es; sino Dios en la gracia justificadora,
y entonces la forma en que el alma entra en el disfrute de esa gracia. Nunca debemos perder de vista lo otro; pero el lado
en el que el evangelio se presenta aquí no es que el juicio está pendiente, y que la sangre está allí para satisfacerlo, sino
la alegría del amor divino bendiciendo al errante, hecho volver por la gracia.
Y no debemos confundir esto con el gobierno de Dios. Él puede estar enfadado incluso con Su
propio hijo. Es diferente de la manifestación de Su naturaleza, para que no haya ninguna posibilidad de permitir el pecado
en Su presencia. En el evangelio, la justicia de Dios es revelada y la ira de Dios es revelada, y eso desde el cielo; no meramente
los juicios y castigos, no meramente tratando con el hombre, sino que la naturaleza de Dios siendo revelada perfectamente,
de modo que Él no pueda tener un solo pecado. "Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia
de los hombre." (Romanos 1: 18). En la santidad de Su naturaleza Él aborrece y rechaza el pecado, y en la justicia de Su naturaleza
Él lo juzga. Por lo tanto, cuando hablamos del estado Cristiano, nosotros andamos en luz, como Él está en luz. No se trata
ahora de cierta conducta que deba ser medida y que deba ser tratada. Dios no tiene ninguna medida con el pecado (hay, de hecho,
"muchos azotes" y otro "será azotado poco" Lucas 12: 47, 48). Él es un Ser santo, y hay en Su naturaleza un rechazo positivo
a todo pecado. Incluso en el paraíso, ya no es ahora meramente la inocencia; ELLA salió a la luz previamente; sino que el
hombre dejo ese estado y entonces el juicio viene sobre él, y él debe volver al polvo
del cual fue tomado -presenta el juicio que señaló el desagrado de Dios. Es bastante terrible ver que Dios puede castigar
a lo Suyo propio; pero encontrar que las personas pueden ser excluidas para siempre de la presencia del Señor, del favor de Dios, eso es lo que es tan terrible. No hay ningún velo sobre la gloria de Dios. Si
ustedes desean tener que ver con Dios en todo, ustedes deben tratar con Él, no como bajo la ley, cuando había un velo y Dios
estaba oculto, sino que ahora Él se ha mostrado, y la ira del cielo se ha revelado totalmente. Éste no es el lado que tenemos aquí, sino la gracia que sale a buscar, y cómo el alma es hecha volver para
disfrutar esta gracia.
Tenemos a la Trinidad completa en este capítulo, pero no como una doctrina; el buen Pastor
cuida a la oveja; el Espíritu busca un alma, y la Gracia la recibe cuando regresa.
Encontramos la actividad de Dios en la gracia, en Cristo, y en el Espíritu Santo; y por último, la manera en que el alma es
recibida por el Padre. En las primeras dos ustedes no tienen la verdad entera: la tiene en la última. El pastor ha perdido
su oveja; él va tras ella alejándose más y más, y la trae de vuelta, mientras que la oveja nunca pone pie en tierra. A la
mujer le importa la moneda de plata, busca diligentemente hasta que la encuentra, cuando no podría haber pasado nada -el simple
poder de la gracia devuelve lo que está perdido. ¡Entonces hay otro principio -gracias a Dios, no uno nuevo, sino un principio
más bendito y amoroso, que corre a través de todo: que no es nuestra alegría la que hay que rescatar, sino que hay que rescatar
la alegría de Dios!
Los Fariseos y los publicanos murmuraron. Es un principio justo el que las personas deben
ser justas para Dios, y algunos pueden tenerlo aún en sus corazones. El Fariseo piensa que él tiene justicia para Dios; eso
lo tenemos descrito en el hermano mayor. Ustedes no necesitan ser un Judío para ser un Fariseo -de lo que el Señor habla como
de un sepulcro blanqueado, lleno de toda inmundicia. El hermano mayor es el tipo del Fariseo en todas las épocas; es la cosa
más odiosa que existe. Un Fariseo no tiene ningún sentido de pecado, de otra forma él sabría que es un pecador; ningún sentido
de santidad, o de amor; no hay nada más extraño al corazón y a la mente de Dios que su estado; es el egoísmo más completo,
y ningún pensamiento de ninguna otra cosa -"nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos." Cuando él dice,
"Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas", él se refiere a los judíos; a la ley, a los profetas, al propio
Cristo al venir en la carne, al culto a Dios, a la palabra de Dios, todo lo que Él tenía era de ellos. El uso que ellos hicieron
de ello era otra cosa; ellos tenían bastante como para estar orgullosos de ello, pero no para entrar en el corazón del Padre;
eso fue dado a conocer a los siervos. "Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido
bueno y sano." Eso debería haber tocado su corazón. Él debería haber dicho, si
mi padre está contento esto debe ser correcto; pero él objeta todo. El Padre incluso salió a este Fariseo; pero nada podía
ganar al hombre que se creía justo a sí mismo; ¡su corazón es imposible de ser ganado por Dios! Él no tenía ningún sentido
de justicia o santidad, o él hubiese sabido perfectamente bien, que si todo lo que estaba en su corazón era puesto en evidencia,
él estaría avergonzado de sí mismo y se escondería. El Fariseo no tiene ningún pensamiento de eso; él es hipócrita, limpiando
solamente lo de fuera del vaso, como si Dios no pudiera ver su interior tan bien como su exterior. ¿Pero si la justicia del
hombre era el camino a Dios, por qué Él debía haber dado a Su Hijo?
Aquí el Señor se ocupa de la manera en la que el alma vuelve a Dios, y Él escoge el caso de
uno que había ido hasta el exceso del derroche, como el hijo pródigo comiendo las algarrobas con los cerdos. Muchos no han
hecho eso, pero Él toma este caso para mostrar que la gracia lo alcanza allí, y que es el deleite de Dios -la alegría de Dios, traerlo de vuelta y recibirlo. Observen esto -en el momento en que el alma se aferra de
lo que Dios es, la gracia de Dios ha encontrado la entrada en el corazón. No se está alimentando de algarrobas que son la
cosa peor; ni hay allí ninguna diferencia real en las personas; algunos son rectos
y honrados, otros se hunden en la disipación; pero en lo que respecta al corazón, cuando usted llega a la raíz del asunto, no hay ni una pizca de diferencia. Supongan que yo fui criado entre ladrones y borrachines,
yo sería un ladrón y un borrachín. Es una gran misericordia el estar apartado; eso se relaciona con las circunstancias.
Aquí, en la primera acción del joven, todo el perjuicio ya estaba hecho. Fue haciendo su propia
voluntad que le dio la espalda a su padre. La Escritura dice, "no hay diferencia"
ante Dios; la hay en la maldad y el vicio, claro; pero todos han buscado su propio
placer y sus propios caminos. Cuando cruzó el umbral, él era en realidad tan pecador como cuando estaba con los cerdos. Hay
diferencias entre los hombres; efectivamente. Y el hombre cosecha lo que él siembra. Pero con respecto a su estado de alma,
el joven era entonces tan pecador como al comer las algarrobas; y lo que es más, él estaba más cerca volviendo que cuando
estaba allí; no había ningún fingimiento entonces, de que él no estaba pereciendo. Es el principio de todos los hombres, por
todas partes, decir: "Dame la parte de los bienes que me corresponde." Nos gusta nuestra propia voluntad; nos gusta estar
libres de Dios para hacer nuestra propia voluntad. Lo que es, es lo absolutamente inmaterial; ésa es nuestra historia como
hombres: "cada cual se apartó por su camino", y eso trae estos miserables frutos. Eso es lo que somos todos; algunos han regresado;
pero mirados como hijos de Adán, ustedes han dado su espalda a Dios, y sus rostros a sus propios placeres. No hay ningún regreso
hasta que esto es confesado.
El Señor toma el caso de uno que ha ido hasta el exceso. El punto era, el abandono de la casa
de su padre y su regreso allí. Supongan que un hijo se marcha de la casa de su padre hacia la maldad desenfrenada, puede que
él no haya sido un ladrón, o algo parecido, pero él siempre está haciendo lo malo, hasta que él regresa; y nada será correcto
hasta que él regrese. "Si te volvieres, . . ., dice Jehová, vuélvete a mí." (Jeremías 4:1).
Ahora, acerca de su retorno: "Vino una gran hambre en aquella provincia." Otro pensamiento
acerca del corazón es, que este nunca vuelve a Dios sino hasta que hay una hambruna en el mundo. Mientras las personas están
en salud, muy ricos y alegres, ellos se arruinan a sí mismos. Cuándo eso se ha ido -cuándo el placer natural se ha ido, ¿qué
tiene entonces el corazón? ¡Se ha desgastado a sí mismo, y se va a morir! "Necio" ¡eso es todo lo que el Señor tiene que decir
con respecto a eso! (Lucas 12:20). Él había ido al mundo de Satanás, y el corazón no encuentra nada allí que lo satisfaga.
Usted ve a aquellos que pueden gastar sus riquezas; y hay una cierta alegría natural que parece felicidad; pero deje eso aunque
sea por un día, y usted encontrará cómo su corazón tiene su tumor maligno en el centro. Hay en muchos corazones la sensación
de que hay hambre en el mundo. ¿Por qué hay tantos conciertos y palacios de cristal? Debido al hambre. Ellos intentan mantener
su corazón vivaz, arreglárselas sin Dios; pero todo es en vano; ¡no pueden! Ellos no deberían pasar por tantos dolores para
hacerse felices, si pudieran. ¡Ellos pueden seguir alegremente, pero todos estos artífices "de toda obra de bronce y de hierro"
no son sino esfuerzos para hacer una ciudad sin Dios, y suficientemente agradable para olvidarse de Él!
Cuando el hambre estuvo allí, él comenzó a padecer necesidad. Eso nunca vuelve el corazón
a Dios: "Y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos."
El beber y el placer y la excitación no satisfacían, "y nadie le daba nada."(Versión Moderna) Allí no se daba nada; allí es
venderse uno mismo. Cuando el corazón está lejos de Dios, esta necesidad nunca lo vuelve a Él, sino a lo que satisface la
carne. "Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos"; una descripción de hasta dónde él había llegado,
el sentido del hambre que no lo trae en absoluto a Dios.
"Más cuando volvió en sí"(Versión Moderna), hay un cambio total. Antes él era como un hombre
loco; identificado con el lugar dónde estaba el hambre. La bondad de Dios entra en su corazón y él dice, "¡Cuántos jornaleros
en casa de mi padre tienen abundancia de pan. . .!" No dice: yo lo conseguiré, o, me gustaría tenerlo, o, ¿Cómo debería yo
ser recibido? ¡Pero el sentido de bondad es despertado en el alma, y esto produce una necesidad de otro tipo -un sentido de
la bienaventuranza de Dios! Cuando el Espíritu Santo obra en el alma, siempre hay una necesidad. Yo necesito más santidad,
más gracia, yo necesito a Dios. Él ve bienaventuranza con Dios, y daría cualquier cosa con tal de regresar para estar con
Él. Los siervos tenían abundancia de pan; hay bondad con Dios.
Dondequiera que hay una revelación del yo y el hombre está consciente de su estado real, siempre
hay un sentido de la bondad de Dios. Él está en el estado de mente que usted a veces encuentra en las almas -bien, si yo perezco,
yo perezco en la cruz. Esto lo atrae. La conciencia es despertada; pero el corazón es atraído, "Me levantaré e iré a mi padre",
eso es todo. Él había vuelto la espalda a su padre, dejó a Dios detrás de él; ¡ahora no es que él haya llegado a su padre,
sino que su rostro es vuelto hacia él, y su corazón también, y esa es una cosa inmensa! Él no tiene paz todavía; pero es una
cosa inmensa cuando Dios y el alma se encuentran; cuando la necesidad de santidad y la necesidad de amor son creadas, y hay
una revelación que ha atraído el alma a Dios. Lo que lo caracteriza cuando él vino por sí mismo, es que él piensa que hay
bondad y abundancia, y bastante más allí. Él no sabía si se le iba a permitir entrar, pero existía allí la bondad para ser
dejado entrar. "Y yo aquí perezco de hambre" -yo me alejé de Dios, y yo estoy pereciendo como un hombre que vive sin Dios
-"Me levantaré e iré a mi padre." Este es el momento, Dios y el alma se han encontrado. Ortodoxos como eran los Fariseos,
ellos no tenían a Dios. Nicodemo dice, tu debes ser un maestro venido de Dios; pero el Señor dice, tú no tienes el principio
que te asocia con Dios; Yo no puedo tocar la carne; "os es necesario nacer de nuevo." Dios y el alma se han encontrado, el
poder vivificador de Dios da la conciencia de que él está pereciendo, y hay un resultado distintivo, "Me levantaré e iré a
mi padre", no que yo mejoraré, que cambiaré mis caminos. Él debe cambiar sus caminos; pero eso no es lo que está en su corazón.
"Me levantaré e iré a mi padre." Es la necesidad de Dios lo que lo caracteriza. El sentido de amor que hace que el corazón
necesite a Dios, una cosa totalmente diferente del deseo de enmendarme a mí mismo -esa es la obra del Espíritu de Dios. Lo
que sigue es la confesión honesta -"he pecado contra el cielo y contra ti." A menudo hay un gran trecho hasta que nosotros
llegamos a esto y decimos, yo no tengo ningún derecho; y si es así, ¿cómo puedo yo estar allí?
Eso era lo que el Señor estaba haciendo con la Sirofenicia. Él dijo, "No está bien tomar el
pan de los hijos, y echarlo a los perrillos." "Sí, Señor (ella respondió); pero aun los perrillos comen de las migajas que
caen de la mesa de sus amos." (Marcos 7: 24 - 28). Yo no tengo ningún derecho; soy simplemente un miserable perrillo; pero
hay bondad suficiente en Dios para los que no tienen ningún derecho.
Puede ser un proceso largo antes de que el alma llegue a ese punto de bendición plena. Sin
una naturaleza santa no podemos disfrutar de Él; pero ustedes no pueden hacer justicia o un terreno de aceptación fuera de
esto. El pródigo no tiene nada que decir a la bendición hasta que todo esté malgastado. El orgullo del corazón humano encuentra
muy difícil llegar allí. Este dice, algunas cosas son dignas para Dios. Yo pregunto, ¿Es usted digno para Dios? No es lo que
está en Dios lo adecuado a su caso, sino lo que está en usted, lo que usted espera, eso es lo que es adecuado al caso de Dios.
Todo esto está equivocado, totalmente equivocado del comienzo hasta el fin - "la santidad, sin la cual nadie verá al Señor."
(Hebreos 12: 14). Ustedes deben descender; ustedes no tienen ningún derecho a ninguna cosa, y todo depende de la simple gracia
para aquellos que no tienen derecho a nada más que a ira.
Otra cosa: hemos visto el corazón del joven traído para volverse a Dios. Sus ojos fueron abiertos,
y Dios se había encontrado con él; él no había encontrado a Dios todavía. Él reconoció sus pecados; todo esto bastante correcto;
la consecuencia es que él comienza a razonar cómo va a estar él con Dios cuando Lo encuentre. "Hazme como a uno de tus jornaleros."
¿Qué prueba eso? Que él nunca se había encontrado en absoluto con Dios. La humillación, la confesión, están muy bien; pero
al poner condiciones, él muestra que no había abandonado toda esperanza en el yo, sino que pensaba que él podía tener algún
pequeño lugar, alguna pequeña esquina en el cielo. La presencia de Dios está
allí, ¿y pueden ustedes pretender ser dignos de Su presencia con todos estos harapos? ¿toda una prueba de haber estado en
la provincia apartada? Con su corazón atraído a Dios, él confesó que él era indigno, mas todavía esperanzado. Todo demostraba
que él no había llegado a su padre. ¡El padre lo había encontrado y había tocado su corazón en la gracia, pero, en la conciencia,
él no había venido en absoluto a Dios! Eso es sobre lo que yo insisto.
Había una obra de Dios en el alma del hombre, un sentido de pecado, de perecer, de pan en
la casa de su padre; pero este pensamiento era totalmente erróneo, debido a que él no se había encontrado con Dios; estaba
razonando cómo resultaría cuando él llegase. Él no tenía ninguna condición que poner a su padre cuando él lo encontró. Ustedes
encuentran una gran cantidad de almas sinceras que han visto la bondad de Dios y que todavía sólo esperan de una manera general;
ellos no se han encontrado con Dios para averiguar lo que son los pensamientos de Dios. Están razonando desde SU condición,
temiendo en parte, esperando en parte, por ocupar el lugar de un pobre siervo. Todo demuestra que no se han encontrado con
Dios, aunque Dios se ha encontrado con ellos. Él se había encontrado con ese
joven. Todo absolutamente verdadero; pero él no estaba juzgando desde lo que Dios era, y había sido; él no se había entregado
como siendo nada más que pecado, como para saber lo que Dios era para los que no tienen nada más que pecado. "Y levantóse,
y fue a su padre."(Versión Moderna)
Ahora, en cierto sentido, él desaparece cuando el padre entra en escena, y la bendición entera
viene y es el resultado de lo que el PADRE ES para esta pobre criatura. Muy bien por su regreso; ¿pero cuál es el efecto de
esto? Traerlo a su padre con todos los rastros de la provincia apartada, en una condición totalmente indigna para entrar en
la casa. Sería una desgracia tenerlo en la casa con esos harapos sucios -una deshonra perpetua. Entonces el hermano mayor
podría reprochar y podría decir, Miren a este miserable; ¿está él en forma digna de estar en la casa con ustedes? El efecto
de la experiencia de la obra de Dios en nuestros corazones es traernos a Dios EN NUESTROS PECADOS. ¿Acaso no anduvo él en
harapos y desnudez el viaje entero, tal como él salió de la provincia apartada? Hasta que no nos sometamos a eso, nunca obtendremos
paz. Nosotros estamos diciendo, Hazme un jornalero. No es justicia propia, sino que es el razonar desde NUESTROS pensamientos
y sentimientos acerca de lo que Dios será. Pero eso es darle a Dios el carácter de Juez; y si Él es nuestro Juez, esto es
la destrucción eterna para nosotros.
¿No habrán corazones que puedan leer esto, correctos en sus propósitos, pensando en sus estados
y condiciones, y acerca de cómo resultará cuándo ellos se encuentren con Dios? ¿Por qué no confesar que ustedes no lo han
encontrado a Él todavía? (Yo no digo que Él no los ha encontrado a ustedes). Ustedes nunca lo ha conocido. ¿Por qué no se
ponen ustedes mismos en el estado en el que el Señor está insistiendo? "Cuando aún estaba lejos, lo vio su padre." Ahora él
llega a ser besado vestido en sus harapos. El padre trata con él en gracia absoluta, tal como él estaba. El efecto de este
tipo de experiencia es traerme a Él vestido en mis harapos, y para encontrarlo amándome, tal como soy, en una condición totalmente
indigna para estar en la casa.
Pero él no lo hizo entrar vestido en sus harapos, sino que "se echó sobre su cuello, y le
besó." ¡El padre actuó desde sus pensamientos y sentimientos y mente, y el único efecto de la miseria del hijo fue hacer salir
la compasión del padre! Eso es lo que yo aprendo en Cristo. "Siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros." La esencia
misma del Cristianismo es que nosotros NO tenemos que encontrarnos con Dios como un Juez; y puesto que NO PODRÍAMOS, Él ha
venido a encontrarse con nosotros en la gracia. ¡La gracia soberana ha tratado con pecadores, para mostrar que Dios es mayor
en amor que sus pecados! El fundamento simple pero bendito sobre el que estamos con Dios, no es lo que nosotros somos para
Dios (esto tiene que ver con gobierno), sino lo que Dios es para nosotros. Él "muestra su amor para con nosotros, en que siendo
aún pecadores, Cristo murió por nosotros." (Romanos 5: 8). Él no busca justicia, sino que Él la trae; Él tendrá los frutos
de ella después; pero la gracia de Dios trae salvación. La esencia misma del Cristianismo (por la que nosotros también tenemos
que actuar en gracia), no es lo que Dios ENCUENTRA, sino lo que Él TRAE.
Él es traído a confesar lo que él es, pero con el padre echado sobre su cuello; y él no dice
entonces, "haz que yo sea como uno de tus jornaleros."(Versión Moderna) ¿Por qué? Porque él se había encontrado con su padre,
y él había actuado como un padre. Él no podría decir, mientras él estaba besándolo: Hazme un jornalero; ¡sería despreciar
la gracia! ¡Ah! él se había encontrado con su padre, y supo su posición. ¿Cómo? Estando con él, y encontrando lo que su padre
era para él. Todo el asunto dependía de lo que su padre era para él.
Ahora, ¿están ustedes satisfechos de que su posición y aceptación dependen de lo que Dios
es para ustedes y no en lo que ustedes son para Dios? ¿Están ustedes satisfechos de abandonar todo derecho a Su gracia? Si
hay orgullo, y el viejo hombre todavía está obrando, ustedes dirán, ¿no debo yo tener esto o aquello? Traten de hacer algo
por ustedes mismos y vean a lo que llegarán. El Señor quiere que ustedes aprendan de tal forma que nunca pensarán en decir:
Hazme un jornalero. Entonces habrán conocido el corazón del Padre, y su parentesco, el lugar de un hijo, porque ustedes lo
han encontrado en la casa del Padre. ¡Así, la gracia ha salido, y la justicia ha entrado! "Sacad al momento la ropa más preciosa,
y vestidle con ella."(Versión Moderna) Lo que el padre tiene para vestirlo lo ha sacado de su propio tesoro (el joven tuvo
su porción anteriormente, él no tenía nada suyo propio); fue aquello con lo que fue vestido cuando él regresó, para que cuando
entrase él pudiese ser un testigo a la casa entera de los pensamientos de su padre acerca de él; que era la alegría del padre
tenerlo a él allí con honor. Nosotros entramos, no simplemente desvestidos de nuestros harapos, sino que vestidos con Cristo;
nosotros hemos sido "hechos justicia de Dios en él." Él nos trae a Su propia presencia en la plenitud de Su propia gracia;
y Él nos viste con el mejor vestido, para que todos puedan decir, allí está un hijo en el que el padre se regocija. No hay
nada ahora acerca del hijo alimentándose del becerro gordo, sino del padre y los siervos. No cabe ninguna duda que él lo hizo;
pero ésta es la forma en que Dios recibe a una persona; tenerlo es Su propio deleite, y el mayor deleite de Dios es Cristo;
y Él lo viste de eso. De esta forma tenemos la justicia, y también la gloría, a su debido tiempo.
De esta manera, hay una diferencia total entre Dios encontrándose con el alma, y el alma encontrándose
con Dios. Todo el razonamiento que ustedes encuentran, de cómo puede resultar esto y lo similar, caracteriza el estado cuando
Dios se está encontrando con el alma en su estado pecaminoso. Lo que obtenemos cuando el hijo iba camino al padre es experiencia.
Yo puedo continuar lentamente, o seguir rápidamente, pero ésa es experiencia, y la experiencia no es justicia. Ustedes nunca
encuentras en la Escritura que siendo justificados por la experiencia, tenemos
paz con Dios; es "por fe." ¿Fe en qué? ¿En lo que ha sucedido en mi corazón? Entonces yo puedo dudar acerca de mi propio corazón,
Ciertamente no es lo que yo debería ser; todo eso sucede en el corazón. Pero
no es el padre tratando con el hijo -de ningún modo. ¡La experiencia estaba allí, pero la experiencia lo llevó vestido en
harapos a la presencia del padre -el resto es todo lo que el padre es!
¿Están ustedes satisfechos de estar en ese terreno; un simple pecador, ser puesto por la gracia
del Padre en la casa del Padre? Por supuesto que el mejor vestido es Cristo como mi justicia. Entonces el alma descansa y
disfruta de todo lo que el Padre tiene para dar. ¡Ah! ustedes lo encontrarán duro, hay tanto egoísmo en el corazón, como para
inclinarse ante la dependencia en lo que Dios es para ustedes. Es extraño, pero ustedes lo harán. Si se someten a la justicia
de Dios, entonces tendrán la verdadera santidad, pero nunca antes de que tengan la certeza de la salvación. ¿Cómo puede un
hijo tener afectos filiales si no tiene un padre? Un huérfano es capaz de tenerlos. Así, si yo soy nacido de Dios, tengo una
naturaleza capaz de disfrutarlo a Él. Pero si yo no tengo el sentido de parentesco, no puedo tener paz. Nosotros tenemos el
Espíritu de adopción, por el cual clamamos, Abba Padre. Si elevamos nuestra mirada a Dios, ¿está allí la conciencia de que
usted mira a un Padre? No una esperanza, sino que ¿pueden salir sus afectos en esa posición segura, porque ustedes lo conocen
como un Padre? Ustedes no pueden tener afectos benditos, santos, que se deleitan en Él como un Padre, hasta estar conscientemente
en la posición que ese parentesco trae consigo. Yo no digo que ustedes no están en el camino.
No se satisfagan solamente con ser salvo. ¡Cuando en primer lugar yo soy salvado, salen todos
mis afectos y digo: ¡Qué gran misericordia! Pero estoy intranquilo cuando veo a un cristiano deteniéndose demasiado en lo
que él era como un pecador; ése no es un estado saludable. Creo que nosotros
lo recordaremos en el cielo. "El Cordero como inmolado" estará allí ante nosotros, esto nunca debe olvidarse. Pero si sólo
me quedo allí, y no estoy ocupado pensando en lo que Él es, yo no seguiré adelante. Un alma que está en la casa del Padre,
¿acaso no debe crecer para conocer lo que es el corazón del Padre? Yo estaba fuera, y Él me hizo entrar para aprenderlo allí.
¿Yo les preguntaría ahora, están ustedes vestidos con el mejor vestido? Su lugar está en Cristo.
¿Están allí sus corazones? La conciencia debe ser limpiada, por supuesto; pero, ¿están sus
corazones con el Padre, viviendo allí en los afectos que pertenecen a esa condición, o no están seguros? Ése no es un estado cristiano, aunque ustedes puedan estar en camino a este. ¿Están satisfechos de tomar toda su condición y bendición de lo que el Padre es para usted?
Que el Señor les permita ver lo que ustedes son, para que puedan encontrar que ustedes tienen un nuevo lugar en Cristo, y nada que hacer con la cosas viejas. El Padre trae al hijo
a Su propio corazón y a Su propia casa.
J.N.DARBY (1800-1882)
Traducido del Inglés por B.R.C.O.-
Título original en inglés: THE PRODIGAL WITH
THE FATHER, LUKE 15 by J.N.Darby (Collected Writings Vol. 12, Evangelic No. 1.)
Versión Inglesa |
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