CONVERSIÓN
Charles Stanley (1821-1890)
Todas las citas bíblicas
se encierran
entre comillas dobles ("") y han sido tomadas de la Versión Reina-Valera
Revisada en 1960 (RV60) excepto en los lugares en que además de las comillas
dobles ("") se indican otras versiones mediante abreviaciones que
pueden ser consultadas al final del escrito.
"Lo que es nacido de la
carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es." (Evangelio
de Juan capítulo 3, versículo 6).
En la tierra hay dos familias;
una familia son los hijos de ira, la otra son los que han sido justificados para
siempre y hechos uno con el hombre glorificado, Cristo Jesús. Como Él dice:
"He aquí, yo y los hijos que Dios me dio". (Hebreos 2: 11, 13). Todo
hijo de Adán tiene la naturaleza de Adán, caída y completamente pecadora; y
todo hijo de Dios tiene la naturaleza de Dios, la cual no puede pecar. "Aquel
que ha nacido de Dios, no practica el pecado". (1a. Juan 5: 18).
No obstante lo clara que es la
gran diferencia entre los dos yo me he encontrado con muchos que no saben nada acerca
de lo que es nacer de nuevo; ellos están tan ciegos como para pensar que la
vieja naturaleza de Adán no es tan mala sino que con educación y entrenamiento dicha
naturaleza puede ser buena y santa. Por otra parte, otros tienen los ojos tan
oscurecidos como para suponer que un poco de agua regenerará a un niño caído y
pecador. Nosotros sabemos que ello no es así sino que el niño crece como un
pecador caído y depravado.
Pero hay otra clase de personas que
piensa que la conversión, o el nacer de nuevo, es un cambio de la
naturaleza corrupta del viejo Adán (llamada en las Escrituras "la
carne"), a una naturaleza santa y pura. Muchos que están enseñados a orar
por un corazón nuevo quieren decir esto mismo; ellos oran para ser convertidos,
es decir, quieren que la vieja naturaleza de Adán les sea cambiada a la nueva
naturaleza de Cristo. Este es un error muy desconcertante y es un error que da
grandes problemas a almas despertadas. Yo no puedo encontrar tal postura acerca
de la conversión en todo el Nuevo Testamento. En ninguna parte dice que lo que
es carne (es decir, nuestra naturaleza caída de Adán) será cambiada. Nosotros seremos
perfectamente liberados de ella en la venida de Cristo: "El cual
transformará nuestro vil cuerpo, para que sea hecho semejante a su cuerpo
glorioso". (Filipenses 3: 21 - VM). Hasta entonces, nosotros que hemos
nacido de nuevo, que somos hijos de Dios, que tenemos el Espíritu de adopción,
que somos coherederos con Cristo, — sí, el Apóstol dice: "También nosotros
mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro
de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo".
(Romanos 8: 15-23). Supongamos un alma realmente vivificada por el Espíritu
Santo; ahora bien, una postura tan falsa acerca de la conversión podría
mantener a esa alma en duda y en esclavitud toda su vida. Aquel que cree en
Jesús orará muy fervientemente y deseará ser completamente liberado de esa mala
naturaleza de Adán, la cual es la plaga de su corazón; y es muy cierto que
cuando Cristo venga este será para siempre el caso. Nosotros "sabemos que
cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él
es". (1ª. Juan 3: 2). La fe triunfa en esta bendita expectativa.
Pero ahora al alma realmente
vivificada por el Espíritu se le dice que en la conversión esta vieja
naturaleza vil es cambiada y es hecha santa. Una persona tal es muy feliz por
un tiempo pero en breve descubre que todavía existe la misma vieja naturaleza
caída con sus corruptas concupiscencias, y debido a esta postura errónea acerca
de la conversión dicha alma está ahora totalmente confundida y comienza a cuestionar
seriamente si alguna vez ella se convirtió en absoluto. Nadie puede decir por cuál
miseria pasan tales personas; porque es después que hemos nacido de nuevo que nosotros
sabemos lo que realmente es la plaga y la pecaminosidad del pecado en la carne.
"Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu" (Gálatas 5: 17);
y además, "Andad en el Espíritu, y así jamás satisfaréis los malos deseos
de la carne". (Gálatas 5: 16 – JND, LBA, RVA, VM, WK). ¿Acaso no demuestra
esto que el creyente regenerado tiene todavía una naturaleza mala; el viejo
hombre corrupto; y que si no fuera porque el bendito Espíritu Santo mora en él indudablemente
él cumpliría sus aborrecibles deseos? Señor, mantén a cada creyente vigilante.
Entonces, ¿qué es la
regeneración? — Es una obra enteramente de Dios, — una nueva creación. "De
modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es (o "nueva
creación"); las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios". (2ª Corintios 5: 17,
18). Presten ustedes atención a esto, "todo esto proviene de Dios".
Nada proviene del pobre hombre corrupto y caído pues en Juan 1: 3 leemos, "Los
cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de
varón, sino de Dios". En el principio cuando Dios creó este mundo, ello
no consistió en hacerlo o en transformarlo de materiales viejos; así es en la
nueva creación, no es una remodelación o purificación de la vieja naturaleza
humana corrupta. Nunca en la Escritura.
Cristo, habiendo consumado la
redención, resucitó de los muertos, la Cabeza de la nueva creación. El Espíritu
de Dios no comienza con algo en el pecador sino que comunica aquello que está
enteramente fuera del pecador; sí, la vida y la naturaleza de
resurrección mismas de Cristo, el cual ha resucitado y está a la diestra de
Dios; y nosotros somos así 'nacidos de lo alto'. ¡Oh, qué vida! Cristo debe
morir en el cielo antes de que esta vida resucitada pueda ser destruida en un
solo creyente. Porque Él vive, nosotros también vivimos. (Véase Juan 14: 19). Debe
ser así; es una vida en Él y en
nosotros. Y ¡qué naturaleza es tener la nueva naturaleza del hombre resucitado,
Cristo Jesús! "Como él es, así somos nosotros en este mundo". (1ª. Juan
4: 17). ¡Qué maravillosa posición es ésta, y en cuanto al viejo hombre, la
vieja naturaleza de Adán, es ¡considerado muerto! Todo lo de la vieja
naturaleza ("las cosas viejas pasaron") muerto ante Dios, todo es nuevo
en Cristo; se nos ha dado vida juntamente con Cristo; resucitados juntamente con
Cristo; sentados en los lugares celestiales con Cristo. (Efesios 2: 5, 6). No
tenemos que esperar hasta la muerte; todo es ahora nuestro en Cristo, la cabeza
resucitada.
¿Cómo pueden ser estas cosas?
¿Cómo se convierte una persona? "El viento sopla de donde quiere… así es
todo aquel que es nacido del Espíritu". (Juan 3: 8). "Y como Moisés
levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre
sea levantado". Esta es la manera, y la única manera,. — el único medio mediante
el cual los pecadores se convierten. Todo lo demás es farsa y un engaño. Ello
es locura para los hombres pero es poder de Dios para salvación a todo aquel
que cree.(Romanos 1: 16). Tal como la serpiente fue puesta delante del
israelita herido de muerte así ahora Cristo crucificado y resucitado es puesto
delante de los perdidos, muertos, heridos por el pecado, hijos de los hombres;
y aquel que cree es pasado de muerte a vida, nace de Dios, tiene vida
eterna. Aquel que mira, vive. (Véase Números 21: 4-9).
Mi lector puede preguntar: «¿Cómo
puedo yo saber que he nacido de Dios, — que soy hijo de Dios?» ¿Yo respondo, ¿y
cómo sabes que tu cuerpo nació alguna vez? Vaya, tu muy humana existencia lo
demuestra. Así la nueva naturaleza demuestra que tú has nacido de Dios. Yo no
miro en mi interior ni voy al espejo para ver si mi vista es buena. Yo miro un
objeto y si lo veo claramente eso demuestra que tengo buena vista. Pregunto, ¿Has
visto a Jesús muriendo en la cruz por tus pecados? ¿Le has visto resucitar de
la tumba vacía para tu justificación? ¿Es Él tu única confianza? ¿Le ves a la diestra
de Dios habiendo efectuado primero la purificación de tus pecados? ¿Le ves
intercediendo por ti? ¿Le ves claramente; glorioso, de todas formas precioso y
lleno de tierno amor para tan pobres y perdidos pecadores como tú? Ah! si es
así como tú ves a Jesús, ello no es lo que el viejo hombre ve. El viejo y
corrupto corazón humano nunca ve y confía así en Jesús. La vieja naturaleza
mira el interior y quiere encontrar algo bueno para Cristo. La fe, que
nunca es de la voluntad de la carne sino del Espíritu de Dios, mira afuera,
a Cristo, y ve que Él es todo de Dios para el pobre pecador. "Lo que es
nacido de la carne, carne es". (Juan 3: 6). "Los designios de la
carne son enemistad contra Dios". (Romanos 8: 7). Por lo tanto la mente
carnal, la carne, nunca puede confiar en Cristo. Por tanto, si mi lector confía
sólo en Cristo, no necesita preguntar: «¿Estoy convertido?» Ello es muy cierto.
Pero ¿dices tú?: «Encuentro tanta maldad en mi vieja naturaleza» Eso es
exactamente lo que todo hijo de Dios encuentra y lamenta diariamente; pues si
tú no fueras hijo de Dios no te lamentarías por ello. Pero, ¿qué dice la
Escritura? "El pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo
la ley, sino bajo la gracia". (Romanos 6: 14). ¡Preciosa promesa! ¡Feliz
estado! Efectivamente, si un hijo de Dios, con independencia de cuán tentado
está, — sí, aunque tú puedes haber caído, — aunque todavía encuentres que se
trata de un duro conflicto, aun así y por la gracia de Dios el pecado no tendrá
el dominio. Mala como la carne es, y no podría ser peor, el creyente nada le
debe a ella, sino que él es más que vencedor por medio de aquel que lo amó.
(Romanos 8: 37). Así sea contigo.
C.S.
Traducido del Inglés por: B.R.C.O.
– Septiembre 2023
Otras versiones de La Biblia usadas en esta traducción:
JND = Una traducción del Antiguo Testamento (1890) y del Nuevo Testamento
(1884) por John Nelson Darby
LBA = La Biblia de las Américas, Copyright 1986, 1995, 1997, 2000 por
The Lockman Foundation, Usada con permiso.
RVA = Versión Reina-Valera 1909 Actualizada en 1989 (Publicada por
Editorial Mundo Hispano).
VM = Versión Moderna, traducción de 1893 de H. B. Pratt, Revisión 1929
(Publicada por Ediciones Bíblicas - 1166 PERROY, Suiza).
WK = Una traducción del del Nuevo Testamento por William Kelly