DE
EGIPTO A CANAÁN
W. T. P. Wolston
Todas las citas bíblicas
se encierran entre comillas dobles ("") y han sido tomadas de la
Versión Reina-Valera Revisada en 1960, excepto en los lugares en que además de
las comillas dobles ("") se indican otras versiones mediante
abreviaciones que pueden ser consultadas al final del escrito.
Capítulo 6: El Cántico -
Satisfacción
Lectura Bíblica: Éxodo 15: 1-21.
En las Escrituras del Antiguo
Testamento nos son presentados varios cánticos. Este es el primero, así como el
Cantar de los Cantares, yo supongo, es el último. Este es el cántico de
redención. El Cantar de los Cantares es el cántico del afecto recíproco. Ambos
son hermosos en su lugar. Y creo que todos deberíamos procurar cantar cada uno
de esos cánticos. Ello es nuestra porción.
En este cántico, que es
hermosamente sencillo, y muy alentador para el espíritu, Dios es todo, y la
SATISFACCIÓN es el resultado. Aunque tú y yo hayamos estado un buen tiempo de viaje
por el desierto, podemos volvernos atrás con gozo y alegría para repetir este
cántico. Hay muchos aquí que acaban de emprender el viaje y quiero señalarles
lo adecuado que es que ellos canten. Observen que en Egipto no hubo ningún cantico.
Tú debes estar fuera de Egipto antes de que puedas realmente cantar a Dios. No
se trata de que las personas tengan la capacidad vocal, sino del estado del
alma que justifica un cántico tal, así que no debes «unirte al coro» hasta que
seas salvo. Entonces te encontrarás en él sin unirte.
Pienso que debe haber sido algo
maravilloso para Dios aquel día en que seiscientos mil hombres abrieron sus
bocas y cantaron este hermoso cántico. Puedes estar seguro, el cielo oyó esa
mañana. Ellos estaban muy felices aquel día. Tenían derecho a estarlo. ¿Acaso no
fue un hermoso cántico? Fue un cántico encantador. ¿Y qué hubo en el cántico?
Bueno, hay una peculiar ausencia de mucho de lo que se encuentra en lo que tú y
yo acostumbramos cantar. El noventa y cinco por ciento de nuestros cánticos son
acerca de nosotros mismos. Este cántico de redención, desde el principio hasta
el final, es todo acerca de Jehová.
Pero oigo una voz apenada que
dice: «Yo no puedo cantar, porque me siento muy miserable, y me temo que no me
he convertido». Tú no serías miserable, mi querido amigo, si no te hubieras
convertido. Si todavía estuvieras muerto en tus pecados serías insensible. ¿Por
qué eres miserable ahora? Porque ha habido una acción del Espíritu de Dios en
tu alma y has tenido un vislumbre del valor de la cruz, pero además, en lugar
de mantener tu vista descansando en Cristo has estado mirando a tu miserable
yo. Si yo fuera tú, descartaría todo eso, y entraría en el espíritu de este
hermoso cántico.
Israel lamentaba, lloraba y gemía
en Egipto, pero no podían cantar. Incluso en el capítulo doce no cantaron. ¿Por
qué? Porque no estaban en libertad, pero en el momento que lo estuvieron, el
cántico sale. Así será contigo, pues en el momento que te enteras del hecho de
que la cruz, la muerte y la resurrección de Cristo son por ti, en tú lugar, y
que en Su muerte y resurrección tú estás muerto y resucitado, entonces no
podrás evitar cantar. El cántico prorrumpirá de tus labios espontáneamente sin un
ápice de esfuerzo. Esto nos presenta el verdadero pensamiento de la adoración.
Un servicio religioso versará, con toda probabilidad, acerca de nosotros
mismos. Pero eso no es adoración. Adoración es el desbordamiento de un corazón
lleno. Nadie puede adorar a menos que sea consciente de la libertad de Dios.
Oigamos ahora brevemente este
nuevo cántico de redención. Comienza con, "Cantaré yo a Jehová, porque se
ha magnificado grandemente; Ha echado en el mar al caballo y al jinete". (Versículo
1). Esto celebra Su victoria. ¿Cómo termina? "Jehová reinará eternamente y
para siempre". (Versículo 18). Esto proclama Su gloria. Este cántico
comienza con la conciencia de la gracia y el poder que ha libertado, pero finaliza
con la gloria. Nos lleva directamente a la gloria. La fe disfruta de la
salvación que ha encontrado en Jehová, y la fe da un salto gigante precisamente
por encima de todas las dificultades del camino, diciendo, Los "llevaste
con tu poder a tu santa morada". (Versículo 13). Allí está la confianza de
la fe, a saber, en que lo que la gracia ha comenzado ella lo terminará. Amigo que
dudas, asume este lenguaje, y deja que tus dudas desaparezcan. Ellas son el
fruto de la incredulidad. Es Satanás desviando la vista de Cristo. Si dejas que
la vista descanse en Cristo, todas tus dudas desaparecerán y estarás ocupado simplemente
en Dios, y en lo que Cristo es.
Observa cómo comienza este
capítulo. "Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico",
etcétera. (Éxodo 15: 1). Realmente el estado de muchos cristianos que profesan
hoy en día encontraría su expresión, no en la palabra "cantó", sino
en la palabra "lamentó". Oh, mis queridos amigos, creo que nuestra
falta de gozo es un gran pecado. Es un asunto muy serio, porque es un
testimonio positivo contra Cristo, para Sus enemigos. En lugar de ser un testimonio
para Él, muchas veces somos un testimonio en contra de Él, y una especie de
estímulo para que los pecadores indiferentes sigan con el mundo. El motivo para
este pobre estado es porque nuestras almas no están en el gozo de este cántico.
Oye de nuevo las palabras, "Cantaré yo a Jehová, porque se ha magnificado
grandemente". Es la primera efusión en la Escritura de verdadera
adoración, y está fundamentada en el hecho de que Él "se ha magnificado
grandemente; Ha echado en el mar al caballo y al jinete". Todo el poder
del enemigo ha sido quebrantado. Y si tú miras hacia atrás por un momento y ves
lo que está conectado con la cruz, la muerte y la resurrección de Cristo, verás
que el poder del enemigo ha sido absolutamente aplastado, y estamos en
la victoria, la liberación y la aceptación de Cristo. Cristo es todo. Qué gozo
llena el corazón cuando eso es visto. Qué gozo llenó el corazón del hijo pródigo
cuando tuvo el sentido del amor del Padre (Lucas 15).
Hay música y danza en nuestro
capítulo (versículo 20), y tú tienes música y danza en el capítulo quince de
Lucas. Yo quiero que entres en el espíritu del comienzo del capítulo. Al final
del capítulo encontramos que Israel murmuró. Es cierto que el cántico de Éxodo 15
se extinguió, pero, ¿has oído tú alguna vez que el cántico de Lucas 15 se
extinguiera? La Escritura dice, "Comenzaron a regocijarse" (Lucas 15:
24) Y nunca oímos que ello cesó, y nosotros debemos vivir en el espíritu de
nuestra época de la gracia.
¿Qué es Cristianismo? Cristianismo
es el conocimiento del Padre, y del Hijo, con el Espíritu Santo habitando en el
cuerpo del creyente, y estableciéndolo en esta escena en el poder y el espíritu
de Cristo para que pueda vivir en esta escena como el Señor vivió. Cristianismo
es la repetición de la vida de Jesús en la vida del cristiano. Por lo tanto, yo
no puedo permitirme ningún consuelo desde este capítulo si estoy un poco
abatido. ¡No, no! Eso podía ser pasado por alto en aquel día, cuando Dios
estaba probando la carne, como Él lo hacía pero, cuando yo llego a la expresión
plena de la verdad del día en que estamos, tú tienes a Cristo como modelo.
¿Alguna vez Le oíste murmurar? ¡No, nunca! Incluso en el día más oscuro, le
oímos decir: "Te alabo, Padre". (Mateo 11 :25). Siempre sometido,
siempre obediente, siempre en paz. "La paz os dejo, mi paz os doy".
(Juan 14: 27). Siempre gozosos es también nuestro estado normal. "Estas
cosas escribimos nosotros para que nuestro gozo sea completo". (1ª. Juan
1: 4 - RVA). Ah, amados, tenemos un modelo perfecto en la vida del Señor
Jesucristo. Sigámosle.
Observa la forma en que la visión
del alma de ellos se llena esa mañana de resurrección: "Jehová es mi
fortaleza y mi cántico, Y ha sido mi salvación". (Éxodo 15: 2). Yo pienso,
amados amigos, que algunos de nosotros tendremos que expresarlo de esta manera:
«El Señor era mi fortaleza y mi cántico, pero ahora soy tan débil». Israel dice
aquí: "El Señor es mi fortaleza y mi cántico". ¿No hay un
vigor estimulante en esa nota del cántico? ¿Piensas que a medida que tú y yo
envejecemos nos volvemos más fríos? ¿A medida que avanzamos hemos de volvernos más
débiles? Elimina esa incredulidad. Déjame mostrarte a un antiguo convertido.
Cuatro años en una prisión, aislado de todo, y toda Asia apartada de él, oye lo
que él dice: "Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!"
(Filipenses 4: 4). Era Pablo, el santo. Él escribe como un santo, no como un
apóstol. ¿Qué puede mantener a un santo en lo correcto? La compañía de Cristo.
Hermanos, adentrémonos un poco
más en este elemento del gozo. Lo queremos. Usualmente son vistos nuevos cristianos
muy radiantes. ¿Debemos nosotros, los más antiguos, ser lo contrario? ¡Dios no
lo permita! Si vemos a uno de ellos alegre y radiante deberíamos juzgarnos a
nosotros mismos si no somos lo mismo. «El Señor ha sido mi salvación» es una
buena nota para cantar cuando hemos aprendido nuestras propias absolutas debilidad
e incompetencia. El corazón de ellos se llenó de alegría cuando esas voces
sonaron desde las orillas del Mar Rojo. ¿No oirá Él también las nuestras? Ellos
vieron que el camino de regreso a Egipto estaba bloqueado. Habían oído la
palabra, "Estad firmes". Habían visto a Dios entrar y librarlos de
esa manera maravillosa, y ahora ello se volvieron y dieron a Dios toda la
alabanza y todo el agradecimiento. Además, ellos dicen, "Él es mi Dios".
Es algo hermoso cuando el alma es capaz de decir eso con claridad y nitidez. Y
más que eso, "Yo le prepararé una morada" ("Jehová
es mi fortaleza y mi cántico, Y ha sido mi salvación: Él es mi Dios y yo le prepararé una morada - Éxodo 15: 2 – KJV). Eso es
para mí lo más encantador de todo el capítulo. En el momento que yo estoy en el
terreno de la redención, soy apto para Su compañía, y a Él le encanta tener mi
compañía. "Yo le prepararé una morada" es la comprensión de la fe del
propósito final de Dios. Ellos asieron el pensamiento de que Dios iba a morar
con ellos (véase también Éxodo 15: 13). Presta atención, es Su fortaleza
la que te saca de un mundo contaminado, y es para llevarte a una santa morada
(véase también Éxodo 15: 17). Parece que ellos dicen: «Jehová, nunca estarás satisfecho
hasta que nos tengas en Tu propia compañía».
Ah, pero tú dices que aún no
hemos llegado allí. No, amado, pero, ¿acaso no es algo maravilloso que mientras
tú y yo estamos aquí, Dios puede morar con nosotros. Cuán pocos del pueblo de
Dios despiertan alguna vez a esto. La Escritura dice: "¿No sabéis que sois
templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? (1ª Corintios 3: 16).
"En quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios
en el Espíritu." (Efesios 2: 22). Es una cosa inmensa para el alma ver eso
y que ello es sólo en el terreno de la redención. Dios visitó a Abraham. Él lo
visitó y luego se retiró. Pero, al llegar a este capítulo, ¿cuál es el primer
pensamiento que viene a los corazones de ellos? Ellos dicen, «Él vendrá y
habitará con nosotros. Tendremos Su compañía permanentemente».
¿Acaso no vamos a morar con el
Señor en breve? Ciertamente, pero aquí tú tienes el pensamiento de que Dios
mora ahora con nosotros. El pueblo de Dios está formado ahora en una casa, el
cuerpo de Cristo, por la presencia y la morada del Espíritu Santo, y eso es sólo
en el terreno de la redención. Tú tienes el pensamiento de esto en este
capítulo, "Yo le prepararé una morada - Éxodo 15: 2 – KJV). El camino está
despejado para que Dios habite en medio de nosotros. Antes del momento de
nuestra ida a morar con Él, viene la maravillosa verdad de que Él mora con
nosotros (ver Juan 14: 16, 17). Nuestra ida para estar con Él es todo cierto, obviamente,
pero, antes de que vayamos a morar con Él, Él viene y mora con nosotros. Esto
se hace realidad y es conocido sólo por medio del Espíritu de verdad, como dijo
el Señor, "Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté
con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad,… [Él] mora con vosotros, y
estará en vosotros". (Juan 14: 16, 17).
Además, "El que me ama, mi
palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con
él". (Juan 14: 23). Esto no es sólo en la asamblea, presta atención a esto.
Es individual. Es un privilegio maravilloso que el alma tiene ahora, y creo que
ello está condicionado a nuestro estado práctico de corazón. Tú verás que en un
versículo anterior Jesús dice, "El que tiene mis mandamientos, y los
guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le
amaré, y me manifestaré a él". (Juan 14: 21). ¿Cuál es el significado de
esto? El significado es, «Guarda tú Sus mandamientos, y Él te visitará». Pero Él
dice también, "Si alguno me ama, guardará mi palabra". (Juan 14: 23 –
VM). ¿Cuál es la diferencia, amados amigos, entre guardar Sus mandamientos y
guardar Su palabra? Hay una diferencia muy grande. Hay muchas cosas que nos
llegan a ustedes y a mí en forma de mandamientos en la Escritura, y también hay
una gran revelación de los pensamientos de Dios, de Sus deseos, de Sus
palabras, y de lo que a Él le complacería. Si tú te aplicas a guardar lo que se
te manda hacer, recibirás una visita de Él. Pero si tú Le amas, y atesoras Sus
palabras en tu corazón, tú harás siempre lo que a Él le complace, y te
asegurarás Su compañía perpetuamente. Cuán bienaventurado es un privilegio tal.
¡Que nosotros lo busquemos plenamente!
Es de suma importancia que los
cristianos sean enseñados en cuanto a la morada del bendito Espíritu de verdad,
tanto individualmente como en la asamblea. En el momento que tú estás en el
terreno de la redención, encontrarás que Dios tiene un pueblo. Nosotros somos
salvos para ser parte de un pueblo, la asamblea de Dios. ¿Observas tú que Dios
tenía un pueblo aquí? Leemos, "Condujiste en tu misericordia a este pueblo
que redimiste; Lo llevaste con tu poder a tu santa morada". (Éxodo 15: 13).
Él tiene aquello que Él puede llamar Suyo. Ahora ello es la Iglesia de Dios.
Nosotros somos sólo una parte de ella. La Iglesia de Dios en cualquier lugar
hoy en día está compuesta de todos los santos de Dios en ella. Deberíamos estar
juntos, y deberíamos estar limpios y separados del mundo. Pero no lo estamos.
Hoy en día tú ves que la Iglesia está, lamentablemente, toda dividida y
separada. La Escritura nos muestra cuál era el pensamiento de Dios para ella, —
a saber, andar juntos como Su pueblo. Siempre es bueno volver a los comienzos
de las cosas.
Ve tú y lee las Escrituras.
Vuelve a la Biblia y lee lo que Dios ha escrito. Lo que sea que me oigas decir
a mí, o lo que dice cualquier otro hombre, no creas ni una palabra hasta que
vuelvas a las Escrituras y lo compruebes. Lo que queremos es volver más a lo que
Dios ha dicho, y tomar nuestros pensamientos de lo que Dios ha dicho.
Además, este cántico celebra que
no sólo se trata de un pueblo redimido y comprado, sino de un pueblo llevado directamente
a casa, a Dios. Ellos se regocijan de que todo enemigo se ha esfumado, y todo
opositor está mudo "como una piedra; Hasta que haya pasado tu pueblo, oh
Jehová, Hasta que haya pasado este pueblo que tú rescataste". (Éxodo 15:
16, 17). ¿No es eso hermoso? Ellos son el pueblo de Dios. Despierta, compañero
creyente en Cristo, tú eres uno del pueblo de Dios. Es algo maravilloso cuando
el alma es consciente de esto. Lo que Dios ha comenzado puedes estar seguro de
que Él lo llevará a cabo hasta el final, y en breve la primera piedra será
colocada en gloria con aclamaciones y regocijos. (Zacarías 4: 7).
El secreto de mucha de la
oscuridad que hay entre el pueblo de Dios hoy en día es que ellos están leyendo
el Nuevo Testamento por medio de, por así decirlo, la penumbra del Antiguo
Testamento. ¿Qué debiéramos hacer? Debiéramos leer el Antiguo Testamento con la
luz que Dios nos ha dado en el Nuevo. Es un profundo error leer el Nuevo
Testamento por medio del Antiguo Testamento. Todo era tipo, sombra y figura en
el Antiguo Testamento. Pero ahora todo está fuera del tipo. Todo está concentrado
en Cristo, un Hombre vivo a la diestra de Dios. Y yo estoy en Él, y tú estás en
Él. En lo que respecta a los modos de obrar prácticos de un santo aquí abajo,
ya sea individualmente, en la asamblea, para la adoración, o para lo que sea
que esté relacionado con el pueblo de Dios aquí, ¿cuál es el secreto del poder?
Sólo el Espíritu Santo. Y, por lo tanto, tú puedes ver fácilmente la insensatez
del día actual al volver al ritual Mosaico. Ustedes están totalmente desfasados.
Todos ustedes están desactualizados.
Ahora todo debe ser en el poder del Espíritu Santo. Tal vez esto jamás sea más
cierto que en cántico.
Un pueblo redimido y regocijado,
con Dios en medio de ellos, es consciente de que es un pueblo libertado; ellos
saben que son el pueblo de Dios, y saben que están seguros de llegar al lugar
al que Él los lleva. Pero, hay algo más que eso. Ellos son conscientes de esto,
a saber, que la santidad pertenece a esta compañía. "¿Quién como tú, oh
Jehová, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnífico en santidad, Terrible en
maravillosas hazañas, hacedor de prodigios?" (Éxodo 15: 11). Ellos tenían
un profundo sentido de que "La santidad conviene a tu casa, Oh Jehová, por
los siglos y para siempre". (Salmo 93: 5). No permitas que lo olvidemos.
Oigo a alguien decir: «No soy feliz». ¿Puedo hacerte una pregunta? ¿Eres santo?
«Ah, eso me escudriña». Debería escudriñarnos a todos. No es que el pecado no
está en nosotros pero eso no da una mala conciencia si el pecado no está en
acción. Santidad es el alma andando en luz y en separación de la carne, del
mundo, y de las cosas que no son idóneas para Dios.
Pero, suponiendo que yo estoy
haciendo provisión para que la carne satisfaga sus deseos. Si yo estoy andando
en la carne, no obtendré el sustento del Espíritu, ni el consuelo del Espíritu.
El mandato es, "Más bien, vestíos del Señor Jesucristo, y no hagáis
provisión para satisfacer los malos deseos de la carne" (Romanos 13: 14 –
RVA). Si no lo hago, mi gozo desaparecerá, y perderé inevitablemente mi viveza.
¿Y cuál es el secreto de esto? Es que yo no he sido santo. La felicidad camina
a un paso, y sólo un paso, detrás de la santidad. El secreto de una vida feliz
es una vida santa. Es muy sencillo. "Sed santos, porque yo soy santo".
(1a Pedro 1: 16). Anda tú con Cristo y serás santo. No trates de ser santo. En
el momento que tratas de ser algo, ello no es de Cristo. No hay esfuerzo alguno
en el Cristianismo. Anda en santo temor, y tu corazón será mantenido en compañía
de Cristo. Es algo hermoso cuando un alma anda en esa clase de santo temor. Anda
tú con Jesús, amigo mío. Cuéntale todo a Jesús. No tengas secretos con Él. Si
estás en debilidad, acude a Jesús, y háblale acerca de ello. Cuenta con el
corazón de Jesús, y con la fortaleza y el amor de Jesús. Él no tiene reservas
de parte Suya, no permitas que nosotros tengamos reservas de parte nuestra.
Entonces serás feliz.
Pero, hay más que esto, la
santidad conduce a una confianza tal en Dios que el alma puede decir
triunfalmente: "Lo oirán los pueblos, y temblarán". (Éxodo 15: 14).
¿Encontrarás enemigos? Muchos. ¿Qué sucederá? Todos caerán ante Dios. Cada
dificultad se convierte en una oportunidad para que Dios exhiba Su poder. El
Señor entra para Él mostrarse fuerte. Amigo mío, ¿está todo el mundo contra ti?
Dios y tú son un rival para ellos. Dios y yo juntos somos invencibles. Todas
las dificultades desaparecerán porque tú tendrás la fortaleza del Señor. Leemos,
"Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad".
(2a Corintios 12: 9).
Él cántico finaliza de forma muy
hermosa: "Tú los introducirás y los plantarás en el monte de tu heredad,
En el lugar de tu morada, que tú has preparado, oh Jehová, En el santuario que
tus manos, oh Jehová, han afirmado". (Éxodo 15: 17). Ellos son un pueblo
santo que va de camino, y ellos van de camino al santuario. Ese es el lugar
donde no hay enemigos ni mal. Y, amados amigos, nosotros vamos hacia él, y lo
que debiese caracterizarnos mientras andamos es la santidad.
"Jehová reinará eternamente
y para siempre" (versículo 18), es la conclusión triunfal del cántico de
la fe, y el motivo de ello es muy bienaventurado. La gloria de Jehová y la liberación
de ellos se fundamentan en lo mismo: "Porque Faraón entró cabalgando con
sus carros y su gente de a caballo en el mar, y Jehová hizo volver las aguas
del mar sobre ellos; mas los hijos de Israel pasaron en seco por en medio del
mar". (Versículo 19).
Ellos volvieron al comienzo del
cántico. Es muy interesante mencionar que el final del cántico es el principio
de él. Cuanto más envejece un santo, más entra su alma en la sencillez de la
gracia de Dios y la disfruta.
María y sus compañeras hacen oír
alto y claro el estribillo de este cántico de redención, "con panderos y
danzas", diciendo: "Cantad a Jehová, porque en extremo se ha
engrandecido; Ha echado en el mar al caballo y al jinete". (Versículo 21).
El estribillo no está al nivel del cántico mismo pues María es un tipo del alma
que nunca va más allá del pensamiento de escapar. Ella no tiene ni una nota
acerca de entrar en la tierra. Ella se regocija por lo que ha sido hecho al
destruir al enemigo, pero no dice ni una palabra acerca de entrar en la tierra.
Ello es muy sorprendente: ella nunca entró. Murió en el desierto (Números 20: 1).
En la historia de su alma, ella nunca cruzó el Jordán.
Es ahora nuestro privilegio pasar en espíritu a donde Cristo está ahora. Y
Dios nos sustentará, y nos guardará, y nos llevará adelante como un radiante
testimonio vivo para Él mismo. Oh, que tú seas para Cristo en esta escena.
¿Eres un nuevo convertido? Sé tú completamente para el Señor. Su propósito es
llevarte a entrar. Tú puedes ser un Caleb o un Josué. Ellos siguieron
plenamente a Jehová. Fueron los únicos dos que entraron en la tierra. (Números
14: 26-30). Si yo me hubiera encontrado con estos dos hombres, cuarenta años
después, y les hubiera dicho, «¿Acaso no estaban ustedes entre los hombres
que estuvieron de pie en las orillas
del Mar Rojo y cantaron ese cántico?» «Sí, cantamos ese cántico, y ¿acaso no somos
aquí dos testigos de la verdad de lo que cantamos?» Ah, es hermoso ver esto. Y yo
pienso que habrá muchos santos en la gloria dentro de poco, cuya historia ha
sido algo parecido al modelo de un Caleb y de un Josué. Ellos habían sido
guardados y sustentados por Dios durante todo el camino, y habían seguido
plenamente a Jehová. Que Dios te permita seguir plenamente al Señor Jesucristo,
por amor a Su bendito nombre.
¡Oh paciente, inmaculado!
Nuestros corazones se entrenan en mansedumbre,
Para llevar Tu yugo y aprender de Ti, para poder descanso
obtener.
¡Jesús! Eres suficiente para llenar La mente y el corazón;
Tu vida paciente, — para calmar el alma; Tu amor, su temor
disipa.
Oh fija nuestra ferviente mirada tan completamente, Señor,
en Ti,
Que con Tu hermosura ocupada, a nadie en otro lugar podamos
ver.
W. T. P. Wolston
Traducido del Inglés por: B.R.C.O. - Agosto 2021.
Otras versiones de La Biblia usadas
en esta
traducción:
KJV = King James 1769 (conocida
también como la
"Authorized Version en inglés"), versículos traducidos del Inglés al
Español por: B.R.C.O.
RVA = Versión Reina-Valera 1909
Actualizada en
1989 (Publicada por Editorial Mundo Hispano).
VM = Versión Moderna, traducción
de 1893 de H.
B. Pratt, Revisión 1929 (Publicada por Ediciones Bíblicas - 1166 PERROY,
Suiza).