Las Fiestas de Jehová - George
Christopher Willis
Capítulo
9
El
Intervalo Actual
(Levítico
23: 15 a 21)
"Dios visitó por primera vez a los
gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre". (Hechos 15: 14)
"Ha
acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud
de los gentiles". (Romanos 11: 25)
'Su esposa escogida, ordenada con Él,
Para reinar sobre toda la tierra,
Primero debe ser formada, antes que Israel
conozca
El inigualable valor del Salvador de ella.'
Recordarán
ustedes que la Fiesta de la Pascua, la de los Panes sin Levadura y la de las
Primicias, son todas celebradas en una semana. Comenzaban el día catorce del
mes primero, y duraban siete días. Cincuenta días después de la Fiesta de las
Primicias, venía la Fiesta de Pentecostés a principios del mes tercero.
Después
de la fiesta de Pentecostés
había un largo intervalo de tiempo en el que no había fiesta alguna. Desde el
comienzo del mes tercero hasta el comienzo del mes séptimo, durante casi cuatro
meses, no había ningún nuevo llamamiento de Dios para venir a Él.
¿Qué hacían
las personas durante este
largo período? Segaban sus campos, reunían sus gavillas.
Este largo
intervalo de tiempo nos
habla acerca del día de hoy. ¿Qué está haciendo el Señor durante el tiempo
actual? Él está segando Sus campos, recogiendo Su grano de este mundo para
llevárselo a Él mismo. Ustedes recuerdan que el Señor Jesús dijo: "Si el
grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva
mucho fruto". (Juan 12: 24).
El Señor
Jesús era este grano de
trigo. Él ha muerto y ha resucitado, como las Primicias, y ahora Él da mucho
fruto. Así que podemos ver que esos cuatro meses sin fiesta corresponden al
tiempo actual en que el Señor está recolectando, en Su siega, a aquellos que ha
redimido, del mundo. Nunca leemos en la Biblia que todo el mundo se convertirá,
sino que leemos que "los malos hombres y los engañadores irán de mal en
peor". (2ª Timoteo 3: 13).
La iglesia
está compuesta por aquellos
que son llamados a salir de este mundo malo.
Pero justo
en medio de las Fiestas de
Jehová, entre la Fiesta de Pentecostés y la de las Trompetas, tenemos lo que
parece ser una interrupción, un paréntesis. — En Levítico 23: 22, leemos,
"Cuando segareis la mies de vuestra tierra, no segaréis hasta el último
rincón de ella, ni espigarás tu siega; para el pobre y para el extranjero la
dejarás. Yo Jehová vuestro Dios". Y así, cuando el granjero israelita hubo
cortado el último grano en sus campos de siega, ¿qué es lo que vemos? Vemos
gavillas esperando ser recogidas en el granero, pero también vemos, puesto en
un rincón del campo, buen grano, y, yaciendo en el suelo, vemos puñados de
grano que han sido dejados caer, pero no recogidos.
El propio
Señor Jesús nos dice que
"el campo es el mundo" (Mateo 13: 38), y aunque se habla de ello en
una parábola, creemos que también es cierto acerca de este tipo. "El
"rincón" del campo nos habla de las partes distantes, — de " los
últimos confines de la tierra" (Hechos 1: 8 - VM), a los que el Señor
había enviado a Sus siervos justo antes de regresar al Cielo, pero,
lamentablemente, la mayoría de esos 'rincones de los campos' están todavía en
las tinieblas del paganismo. No piensen ustedes, ni por un momento, que esto
nos da, a ustedes o a mí, una excusa para no ir a esos 'rincones' donde el
Señor nos ha enviado. La obediencia sencilla requiere que vayamos. ¿Debía este
buen grano en el campo ser desperdiciado? No, ciertamente el Señor no
permitiría que esto se pierda. Aquel que dijo: "Recoged los pedazos que
sobran, para que no se pierda nada", (Juan 6: 12), no perdería este buen
grano. Este remanente era dejado para el pobre y para el extranjero. ¿Y acaso
este pequeño remanente de buen grano dejado en los campos de los que se han
cortado las gavillas, no nos habla acerca de otro remanente? Nosotros creemos
que sí.
La palabra
"remanente"
significa, 'lo que queda'. En nuestra conversación diaria nosotros la usamos
acerca de muchas cosas diferentes. En la Biblia, el Espíritu de Dios la usa muy
a menudo para describir la fiel porción piadosa de un pueblo, más especialmente
del pueblo judío, o de la nación de Israel, después que la mayor parte de la
nación se haya alejado de Dios. Los profetas de la Biblia dejan perfectamente
claro que existirá tal remanente. Isaías dice (Isaías 1: 9), "Si Jehová de
los ejércitos no nos hubiese dejado un resto [un remanente] pequeño,
como Sodoma fuéramos, y semejantes a Gomorra". En Isaías 10: 21, 22,
leemos de nuevo acerca del remanente, y en estos versículos se trata,
evidentemente, del remanente de un día futuro. "El remanente
volverá, el remanente de Jacob volverá al Dios fuerte. Porque si tu pueblo, oh
Israel, fuere como las arenas del mar, el remanente de él volverá".
El lector también puede comparar las siguientes escrituras: Isaías 11: 11, Joel
2: 32; Joel 3: 1, 2, Miqueas 4: 7. Véase también Romanos 11. Creemos que estas
Escrituras nos hablan de un remanente de Israel que será salvo en esta tierra
después que la iglesia haya sido convocada a estar con Cristo.
Las Escrituras
hablan también del
remanente de otras naciones como Siria, Asdod, los filisteos, etc., pero en
casi todos los casos "el remanente" se refiere a Israel, y muy
a menudo al de Israel en un día futuro.
Esto es
muy importante para el
cristiano que desea entender la Biblia, entender claramente esta verdad del
"remanente". Para aquellos que estén interesados, les recomendamos el
libro de W. Trotter, 'Escritos sencillos acerca de temas proféticos".
En los escritos 16 y 17 encontrarán este tema tratado de manera más completa.
Nosotros
creemos que este remanente de
buen grano dejado en los campos para los pobres después que las gavillas eran
recogidas, nos habla, en tipo, de este remanente de Israel. Pobre y despreciado
a los ojos del hombre, pero precioso a los ojos de Dios. Noten la frecuencia
con que en los salmos Dios habla de los "pobres". A menudo se
refieren al remanente de Israel.
Pero este
pequeño remanente de buen
grano era dejado no sólo para los pobres, sino también para el extranjero.
¿De quién nos hablaría "el extranjero"? Creemos que el extranjero nos
habla de un remanente de gentiles que también va a ser salvo, después que la
Iglesia haya sido arrebatada para estar con Cristo. Creemos que a este
remanente se hace mención en Apocalipsis 7: 9, "Después de esto miré, y he
aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus
y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del
Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos".
Creemos
que este remanente gentil es
visto de nuevo en Mateo 25: 31 a 46. Allí vemos varias personas o compañías
diferentes, vemos al Rey, a los "hermanos" del Rey, a "todas las
naciones", a las que separa "como aparta el pastor las ovejas de los
cabritos". Ustedes notarán que lo
que decide el destino de las naciones es la forma en que ellas han tratado a
los "hermanos" "del Rey. Creemos que estos son el remanente
piadoso de los judíos. La Biblia nos dice que "las ovejas" son de
todas las naciones, — es decir, los gentiles. De modo que en esta parábola
vemos el remanente de judíos y gentiles, de los cuales hemos estado hablando.
No piensen
ustedes, por favor, que
esto significa que la Escritura enseña que cualquier hombre que continúa con
sus pecados puede ser salvo, rechazando a Cristo y Su oferta de salvación a
través de la Cruz. La Biblia es bastante clara sobre esto. "El que creyere
y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado".
(Marcos 16: 16). El Señor Jesús se revelará desde el Cielo con los ángeles de
Su poder, en llama de fuego, dando retribución a los que no conocen a Dios, y a
los que no obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo, "los cuales
sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la
gloria de su poder, cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus
santos y ser admirado en todos los que creyeron". (2ª Tesalonicenses 1: 7
a 10).
No, la
Biblia es perfectamente clara.
Hay ahora una salvación completa, gratuita, para el peor pecador, judío o
gentil, que acepta la oferta de misericordia de Dios a través de Cristo. Pero
hay condenación y castigo eterno para aquellos que desprecian o rechazan esta
oferta ahora. De hecho, incluso no es necesario ni siquiera despreciarla o
rechazarla mediante ninguna señal exterior. Ustedes pueden admirarla y tener la
intención de aceptarla algún día, — pero es la palabra de Dios la que hace esa
pregunta solemne: "¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una
salvación tan grande?" (Hebreos 2: 3).
No dejen
ustedes que los maestros de
hoy en día los engañen para ir al infierno. No les crean cuando dicen a ustedes
que hay una segunda oportunidad después de la muerte, o que, aunque ustedes
sean dejados atrás en la venida del Señor, ustedes pueden entonces dar la
vuelta y escapar. No, en aquel entonces, "Dios les envía un poder
engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos
los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la
injusticia". (2ª Tesalonicenses 2: 11, 12).
Nosotros
sabemos que el diablo tiene
sus siervos que predican 'el evangelio de la segunda oportunidad'. Pero queden
ustedes advertidos de que este es el evangelio del diablo, no el de Dios. Dios
dice, "He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de
salvación". (2ª Corintios 6: 2). Qué terrible para muchos que clamarán,
"Pasó la siega, terminó el verano, y nosotros no hemos sido salvos".
(Jeremías 8: 20).
Por favor,
que quede bien en claro.
Debido a que la gracia de Dios nos habla de un remanente tanto de judíos como
de gentiles, perdonados y salvados, (aunque muchos sufren la muerte), después
que la Iglesia sea quitada, esto no es motivo para que usted, o cualquier
hombre, aplace aceptar a Cristo y Su Gran Salvación un momento más.
Dejaremos
ahora ese grano en los
rincones de los campos de Israel, y volveremos nuestros ojos a las gavillas,
cortadas y listas para ser recogidas en los graneros.
Nosotros
hemos sugerido que el largo
período de unos cuatro meses desde la Fiesta de las Semanas hasta la Fiesta de
las Trompetas habla del actual largo período, más de 1900 años, mientras el
Señor ha estado reuniendo a los Suyos de cada tribu y nación para formar la
iglesia. Llegará el día en que Él recogerá las gavillas en el granero. (Mateo
13: 30). Nosotros llamamos a ese día el "Hogar de la Siega". Es un
día de alegría, cuando los preciosos frutos de la tierra, por los que hemos
trabajado y esperado durante meses de cansancio, son finalmente llevados al
Hogar. Y ese gran día de la Siega se acerca, viene en breve, cuando el propio
Señor de la Siega venga a buscar Su precioso grano. "El Señor mismo con
voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del
cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que
vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en
las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el
Señor". (1ª Tesalonicenses 4: 16, 17).
Este es
el tiempo de la Siega, cuando
el Señor reúne a los Suyos para Sí mismo, para llevarlos a la casa de Su Padre.
Es cierto que hay más grano en los rincones de los campos, y dejado en la
tierra para ser espigado, que sin duda formará una parte más de la siega, pero
esta gran recolección, cuando el Señor tome a la Iglesia, a muertos y a vivos,
para Sí mismo, este es el gran comienzo de Su siega.
Observen
ustedes que se da un tiempo
definido para todas las Fiestas de Jehová, pero para esta recolección de las
gavillas, no se da ninguna fecha definida. Por lo que dice este capítulo, ello
podría haber tenido lugar en cualquier momento después de la Fiesta de
Pentecostés. Y así en el Nuevo Testamento era esperable que los santos
estuvieran siempre esperando de los Cielos al Señor, y velando. No se fijó un
momento definido para Su regreso, pero los Tesalonicenses se convirtieron
"de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y esperar de
los cielos a su Hijo". (1ª Tesalonicenses 1: 9, 10).
Pablo podía
hablar de sí mismo y
decir, "nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del
Señor". (1ª Tesalonicenses 4: 15). Pablo no esperaba la muerte, esperaba
de los Cielos al Señor.
'Podemos
no morir, sino resucitar y encontrarnos con el Señor,
Oh,
la resplandeciente gloria que estas pocas palabras proporcionan,
Transformados
al instante, en un abrir y cerrar de ojos,
Y
Te veré cara a cara, nuestro Señor, para siempre.
Algunos
no morirán, sino que se levantarán y se encontrarán con su Señor,
Oh,
preciosa promesa, fiel, verdadera y buena,
Aunque
no sabemos ni el día ni la hora,
Sabemos
que Él mismo vendrá en poder'.
Hay hombres
que nos dicen que muchas
cosas deben suceder antes que el Señor regrese, pero la Biblia no nos dice
esto. La enseñanza clara y sencilla de la Escritura es que podemos esperar que
el Señor venga por nosotros en cualquier momento.
Nos
hemos preguntado si las palabras de nuestro Señor en Juan 4: 35, se referían a
estos cuatro meses. Leemos, "¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses
para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los
campos, porque ya están blancos para la siega". Sus ojos miraron a lo
largo de los siglos hasta el gran día del Hogar de la Siega, cuando todo los
Suyos serían arrebatados para estar para siempre con Él mismo, pero mientras
tanto, al mirar alrededor en los campos, Él vio el grano maduro y muy maduro,
esperando ser segado o perdido.
Querido
compañero cristiano, ¿has levantado los ojos en respuesta a Su propio mandato?
¿Están los campos menos "blancos" que en Su época? Mientras esperamos,
esperando sólo la voz de mando que nos llame a Su hogar, a Él mismo, que el
Señor de la siega mueva nuestros corazones para buscar y segar algo de ese
grano que ha madurado, antes que se pierda.
¡Oigan
la trompeta! He aquí que suena,
El
sueño de las edades ahora,
Y,
¡he aquí! la luz de la gloria resplandece,
En
muchas frentes doloridas.
Transformados
en un momento, — levantados a la vida,
Los
vivos, los muertos se levantan,
En
respuesta a la voz del ángel,
Que
nos llama a los cielos.
Ascendiendo
a través del concurrido aire,
En
alas de águila nos elevamos,
Para
morar en el pleno gozo del amor,
Y
allí no hay más dolor.
No
deslumbrado por la luz gloriosa,
De
ese amado rostro,
Vemos
sin una sola nube,
¡Vemos
al Salvador ahora!
Oh Señor, la resplandeciente
y bendita esperanza
Que nos animó
en el pasado
De pleno
descanso eterno en Ti,
Por fin se ha
cumplido toda ella.
El clamor de
dolor aquí es silenciado,
La voz de la
oración ha finalizado
Es
innecesaria ahora, — porque, Señor, no imploramos más
De gracia Tu
socorro.
Sólo la
alabanza, la alabanza sin fin, conviene
A este
resplandeciente y bienaventurado lugar,
Donde todo
ojo contempla desvelado
Los misterios
de Tu gracia.
Pasado aquí
el conflicto, oh Señor, nos corresponde,
A través de
los días eternos,
Cantar
nuestro cántico de victoria ahora,
Y sólo vivir
para alabar
La mies
es mucha. Lucas 10:2.
Los campos
están blancos para la
siega. Juan 4:35.
La mies
de la tierra está madura.
Apocalipsis 14:15.
Pasó la siega. Jeremías 8:20.
G. C. Willis
Traducido del Inglés al Español por B.R.C.O.-
Todas las citas bíblicas se encierran entre comillas
dobles
("") y han sido tomadas de la Versión Reina-Valera Revisada en 1960
(RVR60) excepto en los lugares en que además de las comillas dobles
("") se indican otras versiones mediante abreviaciones tal como las
que son indicadas a continuación:
VM = Versión Moderna, traducción de 1893 de H.
B. Pratt, Revisión 1929
(Publicada por Ediciones Bíblicas - 1166 PERROY, Suiza).