'EL ECLESIALISMO'
DESTRUYE LA LUZ Y EL AMOR
H. C. Anstey
De la revista "The Christian's Friend : 1898.-
Todas
las citas bíblicas se encierran
entre comillas dobles ("") y han sido tomadas de la Versión
Reina-Valera Revisada en 1960 (RVR60)
Ningún creyente evitará admitir que hay dos cosas que son necesarias
para el hombre — luz y amor — y que ellas sólo son encontradas en Dios. Yo no
tengo duda alguna de que aquello que es denominado 'eclesialismo' destruye ambas cosas,
incluso después que lo
bueno de ellas se haya apoderado en parte del alma.
Tinieblas es la condición del hombre natural hacia Dios (1ª. Juan 1:
4, 5), y la muerte es su estado. Habiendo
perdido el hombre a través del pecado su lugar único para con Dios, estos son
los resultados en cuanto a nosotros. Todo lo que siempre necesitó el hombre
antes que el pecado entrara era encontrado en Dios, y todo lo que el hombre
necesita ahora que el pecado ha
entrado aún es encontrado solamente en Dios. Esto último es dado a conocer en
el evangelio. Es "el glorioso evangelio del Dios bendito" el que ha
venido a nosotros. En este evangelio Dios mismo es dado a conocer, Él es dado a
conocer como supremo, con recursos en Él mismo y recursos para y a favor del
hombre, a pesar de todo lo que Satanás ha hecho.
La luz es la revelación de Dios en esta oscura escena, y nadie puede
conocerle a Él sino por medio del evangelio. Si no hubiera evangelio, ello
sería una prueba clara de que Satanás habría triunfado. Dios prepara al hombre
para la recepción de la luz mediante darle a probar la miseria de las tinieblas.
Entonces la luz de Dios es bienvenida con gusto y llega a ser la vida del alma;
es decir, el conocimiento de Dios se convierte en aquello en que el alma vive.
Nosotros " hemos pasado de muerte a vida."
(1ª. Juan 3:
14). Además, Dios mismo asume Su morada en el creyente por medio del Espíritu,
para efectuar en él lo que es Él, y así "crecemos en la gracia", y,
"en el conocimiento de Dios." Es un inmenso triunfo de Dios que Él
encuentre ahora Su habitación en el
hombre, cuando consideramos lo que el hombre era, con todos sus afectos extraviados
y lejos de Dios. (Romanos 3: 9 a 18).
Su presencia permanece por la morada del Espíritu en nosotros, y el hombre que
una vez anduvo "siguiendo la corriente de este mundo", y, "conforme
al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos
de desobediencia" (Efesios 2: 2), puede ser visto de aquí en adelante bajo
el control del Espíritu Santo, es decir, de Dios por medio de Su Espíritu.
Ahora bien, es de este último, el Espíritu, de quien el 'eclesialismo'
priva a los hombres, en cuanto a su disfrute de Él en sus propias almas. Por
eso que (una vez ignorado el Espíritu) el regreso a las regiones de las
tinieblas y a las puertas de la muerte es tanto fácil como rápido, y es, o
será, la experiencia del alma mientras esté bajo la influencia del
'eclesialismo'.
Una palabra con respecto a qué es el 'eclesialismo'. Es aquello que ha
estrechado la mano del mundo, y sin embargo asume ser aquí una luz colectiva
para Dios, y es aquello que no oye la voz del Espíritu. Tenemos su historia
en Apocalipsis 2 y 3. Se trata de un '–ismo' {*}, añadido a la palabra ekklesia
(iglesia) de Dios — un parásito — un vampiro que ciertamente
sustrae toda la vitalidad de aquello de lo cual se alimenta.
{*} N. del T.:
'-ismo' = sufijo que forma sustantivos que significan 'actitud',
'tendencia' o 'cualidad'. Egoísmo, individualismo, puritanismo. (Fuente: Real Academia Española -
Diccionario de la lengua española).
El objetivo del 'eclesialismo' es destruir la vida y mantener
solamente la forma muerta desprovista
de dicha vida. (2ª. Timoteo 3: 15). No es que el 'eclesialismo' triunfe en
esto, pero este es su objetivo. Nosotros vemos qué tan lejos hemos llegado en
el camino hacia él en el mensaje a Sardis: "Tienes nombre de que vives, y
estás muerto." (Apocalipsis 3: 1
a 6). Vemos incluso que el 'eclesialismo' ha encontrado una morada en la tierra
(donde Cristo no encontró ninguna), de la lectura del mensaje a Pérgamo.
(Apocalipsis 2: 12 a 17).
¿Dónde estamos nosotros? Es Su propia palabra de reproche, "Yo
conozco… dónde moras, donde está el trono de Satanás." "El que anda
en medio de los siete candeleros" en aquel entonces ve ahora que la luz se
va, y Su palabra es dirigida a aquel que es de la ekklesia de Dios en medio del
'eclesialismo'. "El que tiene
oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias."
El 'eclesialismo' continuará sin oír.
Después que el Espíritu y la esposa, habiendo unánimemente dicho
"VEN", se hayan ido a estar con Aquel a quien ella pertenece y para
el cual el Espíritu está ahora en la tierra, éste 'eclesialismo' será vomitado
de la boca de Cristo como si ya no tuviese nada en él, excepto lo que Le es
absolutamente repulsivo. (Apocalipsis 3: 14 a 22).
Pero para nosotros, con la luz del
candelero casi apagada (Apocalipsis 2
y 3), con la vida casi convertida en muerte,
con Cristo que está afuera del 'eclesialismo',
pues Él ya está afuera moralmente,
¿puede no obstante un Cristiano permanecer con satisfacción en eso que el
Espíritu aquí condena? En el 'eclesialismo'
el primer hombre es permitido. Téngase esto en cuenta, porque el enunciado se
encontrará en consecuencia: "No sabes que tú eres un desventurado,
miserable, pobre, ciego y desnudo." (Apocalipsis 3: 17). ¿Y es de extrañar
que ello sea así donde reina el primer hombre, y donde Aquel que debería estar en
medio está afuera? "He aquí, yo
estoy a la puerta y llamo." Lector, ¿está Él, en lo que a ti respecta, esperando
aún allí, esperando allí para llenar tu corazón? Él dice, "Si
alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él
conmigo." (Apocalipsis 3: 20). El día ya casi ha terminado — el día del
Espíritu, los días de vida y luz conocidas y disfrutadas, las cuales fueron
introducidas por Su venida y ministerio. ¿Cuánto de este hecho de cenar con Cristo
conozco yo, mientras
las sombras de la noche descienden tan rápidamente? Y si conozco algo de ello,
¡cuán vacíos están todos los "-ismos" de los hombres!
"Jesucristo
es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos." (Hebreos 13: 8).
H. C. Anstey
Traducido del Inglés por:
B.R.C.O. – Febrero 2019.-