EL ARREBATAMIENTO Y LA
APARICIÓN
Todas las citas
bíblicas se encierran entre comillas dobles ("") y han sido tomadas de la Versión
Reina-Valera
Revisada en 1960 (RVR60) excepto en los lugares en que, además de las
comillas dobles (""), se indican otras versiones, tales como:
LBLA = La Biblia de
las Américas, Copyright 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, Usada con
permiso.
VM = Versión Moderna,
traducción de 1893 de H. B. Pratt, Revisión 1929 (Publicada por Ediciones
Bíblicas - 1166 PERROY, Suiza).
¡Es
un hecho
real que el Señor Jesucristo regresará nuevamente! No obstante, muchas
personas, incluso creyentes verdaderos, apenas parecen creerlo. Les parece una
idea ensoñadora, visionaria, mística, y no pueden evitar pensar que los
entusiastas que la anuncian deben estar confundiendo figuras retóricas
tomándolas como hechos formales.
Pero,
después
de todo, ¿por qué debiera usted sorprenderse? Usted cree que Él estuvo aquí una
vez. Entonces, ¿por qué no dos veces?
Considere
por
un momento lo que sucedió cuando Él vino por vez primera. Él fue rechazado, y Su
vida fue truncada. Su misión pública de tres años y medio finalizó en Su
repentina muerte. Pero al ser Dios manifestado en carne, obró, al morir,
redención para Su pueblo; Él resucitó. ¿Es probable que finalice allí en lo que
atañe a esta tierra? ¿Será la expulsión del mundo del Creador por la criatura
la última palabra? De ninguna manera. Los hombres Le despreciaron en Su
humillación. Él regresará, ciertamente, en Su gloria.
Sin
embargo,
no se nos da licencia para considerar lo que parece probable o razonable. La
doctrina de la
Segunda Venida es uno de los temas más frecuentes de la Escritura. El Antiguo
Testamento se refiere frecuentemente a ella. En el Nuevo Testamento la verdad
plena de ella es revelada claramente. De la gran cantidad de textos que podrían
ser citados, seleccionemos uno que es singularmente explícito.
"Varones
galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido
tomado de vosotros al cielo, vendrá de la misma manera, tal como le habéis
visto ir al cielo. (Hechos 1:11 – LBLA).
Este
mensaje
tiene casi el sonido de un documento legal. Los abogados escriben una
declaración muy sencilla de un modo bastante extenso porque consideran
necesario salvaguardar sus palabras de posibles malinterpretaciones. Del mismo
modo hay aquí una plenitud y casi una redundancia de expresión, diseñada
especialmente para frustrar cualquier intento de evadir o mistificar este gran
hecho.
Es
evidente, a
partir de este versículo, que el propio Señor Jesús viene tal como se fue.
¿Cómo se fue? Personalmente; entonces Él vendrá personalmente. Él se fue, en
realidad, como un Hombre vivo — no fue ninguna manifestación espiritual. Él
vendrá, entonces, verdaderamente como un Hombre vivo. Se fue visiblemente;
visiblemente vendrá. Se fue de la tierra. Entonces a la tierra volverá.
El
lector
Cristiano atento, no obstante, queda a menudo desconcertado cuando se dedica a
sus estudios acerca de esta gran verdad, por aparentes discrepancias entre
diferentes pasajes, y él necesita tener en sus manos la llave que abre la
puerta de la dificultad.
Esa
llave es
una comprensión de la diferencia entre las dos etapas de la Segunda Venida,
que, en aras de la brevedad, denominamos 'El Arrebatamiento' (o Rapto) y 'La
Aparición' (o Manifestación).
Aplíquese
usted a leer minuciosamente 1ª. Tesalonicenses
4:13 a 1ª. Tesalonicenses 5:3. Observe que los creyentes Tesalonicenses estaban
atribulados debido a que algunos de entre ellos habían fallecido, y pensaban
que, por tanto, ellos perderían la gloria de la aparición y el reinado de
Cristo. Pablo les dice que no se entristezcan, porque tan ciertamente como
Jesús murió y resucitó, Dios traerá CON Él a todos ellos cuando Él venga (1ª.
Tesalonicenses 4:14). El Apóstol explica después de qué manera se va a producir
esto, mediante qué medios los anteriormente fallecidos en Cristo son hallados
con Él en cuerpos de gloria de modo de poder compartir en Su aparición
(manifestación) gloriosa.
Esta
explicación está precedida a modo de prólogo por "os decimos esto por la
palabra del Señor" (1ª. Tesalonicenses 4:15), indicando que lo que sigue a
continuación no es algo que había sido dado a conocer anteriormente, sino algo
recién revelado: no siendo su autoridad para declararlo ninguna Escritura del
Antiguo Testamento, ni ninguna expresión previa, sino la revelación directa del
Señor.
Y
esta es la
explicación: "el Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando . . . y
los muertos en Cristo se levantarán primero. Entonces nosotros, los que estemos
vivos y que permanezcamos, seremos arrebatados juntamente con ellos en las
nubes al encuentro del Señor en el aire, y así estaremos con el Señor
siempre." (1ª. Tesalonicenses 4: 16, 17).
Compare
ahora
estas palabras con lo que está escrito en 1ª. Corintios 15: 51-54, y encontrará
usted que se declara un hecho adicional. "los muertos serán resucitados
incorruptibles, y nosotros seremos transformados." (1ª. Corintios 15:52).
A
la luz de
estas dos Escrituras deducimos que:
(1)
El Señor
mismo descenderá en el aire con una voz de mando que reúne.
(2)
Su voz de
mando despertará a los santos que duermen y los resucitará en cuerpos de
gloria.
(3)
Nosotros
los que estemos vivos, seremos sometidos a una transformación correspondiente a
una condición glorificada.
(4)
Todos los
creyentes, los previamente fallecidos o los vivos, serán arrebatados
juntamente, para estar con el Señor para siempre.
¡Ah,
hora muy
bienaventurada, el cumplimiento de nuestra largamente acariciada esperanza!
Todo
esto, no
obstante, deja intacto el gran mundo, salvo en cuanto lo que lo pueda afectar la
repentina desaparición de multitudes de santos. Pero la hora de la retribución
sigue adelante. Por eso es que 1ª. Tesalonicenses 5 comienza trazando una
diferencia entre la venida del Señor a por Sus santos de lo cual ha tratado el capítulo
4, y "el día del Señor", que no viene como un esposo a buscar a su
esposa, sino " como ladrón en la noche." (1ª. Tesalonicenses 5:2).
Cuando
el
Señor Jesús en humillación fue llevado como oveja al matadero, Él dijo a Sus
enemigos, "esta es vuestra hora, y la potestad de las tinieblas."
(Lucas 22:53). Pero la situación va a cambiar completamente. Él no viene en
humillación, sino en gloria; no como un cordero al matadero, sino como el León
de la tribu de Judá; no solitario y solo, sino "con sus santas decenas de
millares" (Judas 14); no sometiéndose a la voluntad de Sus enemigos, sino
para que Sus enemigos sean puestos como estrado se Sus pies. No es la pequeña
hora del hombre, y el efímero triunfo del mal; es el día del Señor, grande y terrible. (Malaquías 4:5).
"El día del
Señor" no es un día de veinticuatro horas, sino un intervalo de tiempo
como lo presentado en la expresión "el día de salvación." Se trata de
un período en el ciclo de "los tiempos y de las ocasiones"
caracterizados por la supremacía y autoridad absoluta del Señor. Comienza con
Su manifestación pública en las nubes del cielo — Su aparición (manifestación)
con Sus santos.
Es a esta aparición
pública a la que los profetas del
Antiguo Testamento se refieren tan frecuentemente, siendo la consumación de los
modos de obrar de Dios con Israel y la tierra. Ello marca el comienzo de una
breve, intensa obra de juicio mediante la cual la tierra es limpiada de sus
escorias antes del resplandecer de la gloria en el reino milenario de Cristo.
Antes de esta
aparición pública deben tener lugar ciertas cosas tal como están predichas en
la Escritura. El propio Señor predijo
claramente ciertas cosas (Mateo 24; Marcos 13; Lucas 21). [*]
[*] El traductor recomienda
la lectura del
siguiente comentario escrito por William
kelly: LA PROFECÍA DEL SEÑOR
EN EL MONTE DE LOS OLIVOS EN MATEO 24, 25
Nuevamente, 2ª. Tesalonicenses 2 nos muestra que
antes de que venga el día de Cristo debe haber primero una apostasía, y
conectada con eso, la revelación del hombre
de pecado, comúnmente llamado "anticristo". En él, el pecado
encontrará su expresión culminante. Él será su encarnación misma.
Cuando la iniquidad del hombre se eleve a su
máxima altura, Dios herirá en juicio. El Señor Jesús, que sufrió una vez el
juicio por nuestra causa, va a ser, en aquel entonces, su Ejecutor, y se
cumplirá esa profecía que es más antigua que todas las demás presentadas por
labios de hombre: "He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de
millares, para hacer juicio contra todos." (Judas 14, 15). Previamente,
los santos habrán sido "transformados" según 1ª. Corintios 15, y
"arrebatados" según 1ª. Tesalonicenses 4, por eso ellos están con Él
en una condición glorificada, y cuando los cielos se abren y Le revelan a Él en
"llama de fuego" de juicio, ellos están con Él, y "en aquel
día", Él será "glorificado en sus santos" y "admirado en
todos los que creyeron." (2ª. Tesalonicenses 1: 7-10).
Mientras tanto, nuestra ocupación es "servir
al Dios vivo y verdadero, y esperar de los cielos a su Hijo." (1ª.
Tesalonicenses 1: 9, 19).
¿Puede
ser que lo que usted llama el Arrebatamiento
(o el Rapto) sea una manera hermosa y poética de hablar acerca de la muerte
de un santo, y que la Aparición (o
Manifestación) sea lo que se llama comúnmente 'el fin del mundo'?
La muerte de un santo es descrita así en la
Escritura: "Partir y estar con Cristo." (Filipenses1:23). ¿Acaso no
hay diferencia entre partir para estar con Cristo y Su venida a buscarnos? Adicionalmente,
cuando un santo muere y va a
estar con Cristo, su cuerpo es colocado EN el sepulcro. Cuando Cristo viene por
Sus santos, según 1ª. Tesalonicenses 4, Él saca todos sus cuerpos DE los
sepulcros. ¿Son estas una y la misma cosa?
No. La venida del Señor por Sus santos
no es la muerte, sino la liberación de Su pueblo del
último vestigio de la muerte. La aparición de Cristo con Sus santos no es el 'fin
del mundo', expresión mediante la cual
la gente quiere decir, generalmente, la disolución de los cielos y la tierra en
su condición actual. Apocalipsis 19 habla de la aparición del Señor en gloria.
Apocalipsis 20 muestra el resultado, Satanás reprimido y mil años de bendición
para esta cansada tierra antigua. Después de eso — el fin.
En este
caso, ¿no habría dos venidas, una tercera Venida después de la segunda?
No. En la Escritura se habla frecuentemente de
la venida del Señor de una manera general sin referirse claramente a cualquiera
de sus dos etapas. El Arrebatamiento y la Aparición son sólo dos partes o
etapas de esa una sola venida. Cuando el Rey de Inglaterra hace una visita de
estado a la 'City of London' (N. del T.: Centro financiero de
la ciudad capital del Reino Unido),
el Alcalde y los Alguaciles le reciben en 'Temple
Bar' (N.
del T.: El 'Temple Bar Memorial' es un
monumento que se construyó en el año 1880 y que marca la entrada oficial a La 'City'.
En algunos actos oficiales el monarca se para junto al Temple Bar Memorial y
pide permiso al alcalde de Londres para entrar en La 'City'), y después de ciertas
ceremonias ellos toman su lugar en la procesión detrás de él y vuelven a entrar
en la 'City', acompañándole al 'Guildhall' (N. del T.: Centro
administrativo y ceremonial de la 'City' y su Corporación Municipal) o dondequiera que él
vaya.
Aun así será en la venida de Cristo. Arrebatados
en las nubes para recibir al Señor en el aire, regresaremos poco después con Él
a compartir Su reino glorioso.
¿Qué señales
hemos de buscar como indicios de que la venida del Señor está cerca?
Si la aparición está en duda, entonces
Escrituras tales como 2ª. Tesalonicenses 2, 2ª. Timoteo 3, y Mateo 24
proporcionan la respuesta. La creciente marea de apostasía en la Cristiandad;
la prevalencia de falsos profetas engañando a muchos; el despertar
extraordinario de la raza Judía, es decir,
la higuera con sus hojas brotando según Mateo 24:32; el creciente descuido del
mundo llevado por engaño a una seguridad falsa por sus propios logros y
diciendo "Paz y seguridad"; todas estas cosas y otras de las cuales
somos testigos, indican que nos acercamos al fin de esta era (o fin de este
siglo).
Pero todas estas cosas son augurios de la
Aparición. En cuanto al Arrebatamiento (o rapto) que la precede, no se debe
buscar señal alguna. Se trata de un acontecimiento que está afuera del cálculo
de los tiempos y las ocasiones. Estos pertenecen a la tierra, tal como lo
muestra el primer versículo de 1ª. Tesalonicenses 5, y no fue necesario que el
Apóstol escribiese a los Tesalonicenses acerca del asunto. Pero en cuanto al
Arrebatamiento, el cual no tiene relación con tiempos y ocasiones, hubo una
necesidad muy clara de que se les tenía que escribir.
No hay nada pendiente de cumplimiento antes de
que Cristo venga por Sus santos. Él puede
venir en cualquier momento.
¿No se debe
convertir el mundo primero?
Esa pregunta no se haría si no existiese una
idea que no pertenece a las Escrituras acerca del tema. En ninguna parte de la
Biblia está declarada, ni implicada, la conversión del mundo mediante la
predicación del Evangelio. El Evangelio es predicado por mandato de Dios para
" tomar
de entre los gentiles un pueblo para
su nombre." (Hechos 15:14 – LBLA). El mundo no se convertirá, sino más
bien será purificado mediante el juicio que quitará los hacedores de maldad y
someterá la tierra a Dios. "Cuando tus juicios [no Tu Evangelio] están en la tierra,
los habitantes del mundo aprenden
justicia. (Isaías 26:9 – VM).
¿Todos
los Cristianos serán arrebatados en el Arrebatamiento (o Rapto)?
Indudablemente. Para ilustrar la verdad del
Arrebatamiento, se ha utilizado el efecto de un imán poderoso sostenido sobre
limaduras de acero cuando están mezcladas con arena. Es una buena ilustración,
sólo se debe recordar esto: Los Cristianos no son sólo como limaduras de acero
individuales, ellos están unidos vitalmente entre sí por el Espíritu Santo. Son
"un rebaño", 'una familia', "un cuerpo." Cuando el Señor
Jesús venga Él tomará Su iglesia como una entidad viva, Su cuerpo, y Su esposa.
No serán dejados atrás fragmentos mutilados.
La idea de que algunos Cristianos serán dejados
atrás parece surgir en dos direcciones. En primer lugar, tenemos los profetas
de varias apostasías de la verdad del día postrero. Algunos de ellos enseñan
que serán tomados sólo los Cristianos 'fervientes', 'fieles', 'los que velan'.
La 'fidelidad' de ellos se manifiesta ¡por medio de la recepción que ellos
brindan a las enseñanzas del falso profeta mencionado! Un comentario acerca de
esto es innecesario.
En segundo lugar, Cristianos verdaderos se han
dejado llevar por la idea de que sólo los creyentes que 'velan' son
arrebatados, a partir de Escritura como la siguiente: "Aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan." (Hebreos
9:28).
No obstante, después de todo, ¿dónde puede encontrar
usted un Cristiano verdadero que no Le esté esperando? Puede encontrar a muchos
que entienden muy poco, que no comprenden la verdad de Su venida, que jamás han
oído acerca del 'Arrebatamiento'. Aun así, ellos esperan a Cristo. Él es la esperanza
de sus corazones,
aunque no saben de qué manera esa esperanza se cumplirá.
El hecho es que la expresión "a los que le
esperan" al igual que "los que aman a Dios" (Romanos 8:28) es el
modo Bíblico de describir a creyentes.
Si un hombre no ama a Dios, ni espera a Cristo, no se le puede llamar Cristiano.
Después
de todo, esta enseñanza con respecto a la Segunda venida ¿no es más bien especulativa?
¿Hay alguna utilidad real en ella?
No es más especulativa que la enseñanza
divinamente presentada a Noé con respecto al diluvio inminente, o las profecías
dadas a Israel durante siglos con respecto a la Primera Venida del Salvador. Se
puede aducir dificultades en cuanto a detalles allí donde la Escritura guarda
silencio, y los hombres pueden estar en desacuerdo y mistificar los asuntos en
cuanto a la segunda venida tal como los escribas tuvieron éxito mistificando la
generación de ellos en cuanto a la primera venida. Pero los grandes trazos de
la verdad en cuanto a ella persisten claros y sencillos en la Escritura, y el acaecimiento
es seguro.
En cuanto al uso de esta verdad, se encontrará
que, en la práctica, ningún hecho ejerce un efecto más solemnizador sobre la
conciencia de los pecadores. Ninguna verdad tiene un efecto más separador sobre
los creyentes. ¿Uniremos nuestras manos con las del mundo que va a caer en breve
bajo juicio? "Todo
aquel que tiene esta esperanza en él [Cristo], se purifica a sí mismo, así como
él es puro. (1ª. Juan 3:3). Aquel cuya esperanza está en Cristo y en Su pronto
regreso, pone lejos de él toda cosa corrompida.
¿Cree
usted que el 'Arrebatamiento de los santos' está ahora muy cerca?
Sí. Se ha hecho necios intentos para poner
fechas al regreso del Señor, contraviniendo así Sus propias palabras. Creyentes
sinceros, asimismo, se han permitido usar un lenguaje extravagante, dando la
impresión de que estaban ciertos de que dicho regreso no podía estar más
distante que uno o dos años. Los años han pasado, y los que oyeron esas expresiones
se han vuelto escépticos en cuanto a todo el asunto.
No obstante, la verdad permanece: Él viene, y
viene en breve. (Apocalipsis 22:20).
Todo, tanto en la iglesia como en el mundo, apunta a la finalización de esta
era. Por lo tanto, levantamos nuestras cabezas y esperémosle a Él.
El otro día, al entrar a la habitación de un
Cristiano, mis ojos se fijaron en estas palabras enmarcadas como un texto y
colgadas de la pared,
'QUIZÁS HOY'.
Supe lo que significaba. Esa es nuestra actitud
correcta. Su venida está cerca, ciertamente. Que nosotros podamos levantarnos
cada mañana con este pensamiento: quizás
Él puede venir en el día de hoy; y que podamos purificarnos en santidad
delante de Él para que nuestra respuesta espontánea pueda ser de buena gana:
"Sí, ven, Señor Jesús."
F. B. Hole
Traducido del Inglés
por: B.R.C.O. – Mayo 2014.-